Cuando hablamos del objetivo principal de ARCORES siempre enunciamos la promoción de una vida más digna y de más calidad humana. Y siendo un organismo de Iglesia también siempre va relacionado con la evangelización. Estos conceptos tienen que estar claros a la hora de trabajar, porque a veces escuchamos decir, las viviendas saludables, los sistemas de agua, las cocinas mejoradas, el reparto de alimentos… eso hay que dejárselo al Estado. Veamos esto más despacio.
RELACIÓN ÍNTIMA ENTRE EVANGELIZACIÓN Y PROMOCIÓN HUMANA
En el Discurso Inaugural de Santo Domingo recogemos estas dos expresiones: “La promoción humana ha de ser consecuencia lógica de la evangelización” (13) Y después añade “la resurrección de Cristo es el primer anuncio y raíz de toda evangelización, fundamento de toda la promoción humana” (25). Al comienzo mismo del documento en su relación con la evangelización y la cultura, la califican de integral: “Nos disponemos a impulsar con nuevo ardor una Nueva Evangelización, que se proyecte en un mayor compromiso por la promoción integral del hombre e impregne con la luz del Evangelio la cultura de los pueblos latinoamericanos” (SD 1).
De acuerdo con todo ello la evangelización –misión propia de la Iglesia- exige, a partir de sí misma, la promoción, pues “el anuncio cristiano, por su propio vigor, tiende a sanar, afianzar y promover al hombre, a constituir una comunidad fraterna, renovando la misma humanidad y dándole su plena dignidad humana” (SD 13). Según esto la promoción humana es una dimensión privilegiada de la Nueva Evangelización. Pablo VI define la promoción, como el “pasar de condiciones menos humanas a condiciones cada vez más humanas, hasta llegar al pleno conocimiento de Jesucristo. En su raíz descubrimos, pues, que se trata de un verdadero canto a la vida, de toda vida, desde el no nacido hasta el abandonado” (SD 162).
Queremos destacar precisamente eso que, la promoción es pasar de condiciones menos humanas a otras más humanas, de más progreso y desarrollo. Pero, también, integral porque no sólo se atenderá a satisfacer sus necesidades corporales de agua, higiene, limpieza, producción, etc. sino que todo eso será un paso para el encuentro posterior o simultáneo con Cristo. Si Dios nos ha creado a su imagen y semejanza (Gén 1,26), anhela con amor de Padre, que no se opongan ni sombras ni tinieblas a su presencia en el mundo, a la vida de sus hijos. Dios quiere en fin que el respeto a Él se proyecte a su imagen y que por tal razón el ser humano sea acatado como poseedor de dignidad fundamental.
ARCORES, RED SOLIDARIA INTERNACIONAL
Llegados a este punto podemos examinar cómo lleva adelante este proyecto ARCORES. En primer lugar, se trabaja con unas metas y objetivos que van de acuerdo con el Plan Estratégico 2020-2022 que está enmarcado en el contexto mundial de lucha contra la pobreza que viene determinado por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 205 y que define los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en las tres dimensiones del desarrollo: ambiental, social y económica.
Teniendo eso como meta, no se descuida que en ocasiones señaladas se tenga que atender a las urgencias que se presentan por motivos de la climatología, tal fue el caso del Programa Emergencia Perú, ayudando con el agua potable en Los Porongos o con dinero para el transporte de alimentos a Caritas; o bien lo que nos acontece ahora con el Covid.19 que hay mucha gente que pasa necesidad y se les tiene que proveer con bolsas de alimentos, principalmente, o de ropa de abrigo, como se está haciendo por Caritas internacional, parroquias, organizaciones de laicos cristianos. ARCORES lo está haciendo en los diversos países Argentina, República Dominicana, Costa Rica…y, aunque en menor escala con el proyecto “Corazones Inquietos para Servir” en Perú. Y es notorio y de aplaudir como en varias diócesis del Perú la Iglesia a través del episcopado o parroquias está tratando de conseguir las plantas de oxígeno. No sirve decir que las ponga el Estado, porque sencillamente el Estado no tiene el remedio para tantas necesidades de un país, que tiene muchas riquezas, pero que no han sido bien distribuidas ni aprovechadas.
Sin embargo, diremos que esto son emergencias que hay que atender por imposición de las circunstancias. Porque lo mejor es tener un plan de desarrollo que busque cubrir las necesidades más perentorias que el Estado no llega a atender en los países en vías de desarrollo sino después de que pasen muchos años. No se trata tanto de dar un pescado, sino de enseñar a pescar, lo hemos oído muchas veces. Para tener esos fondos hay que reclamar de los países industrializados que cumplan con entregar el 0.07 % del producto bruto a los países en vías de desarrollo para lograr el progreso que anhelan. Con el derecho, eso sí, de pedir cuentas de cómo se emplea dicha ayuda. Esas obras pueden ser de viviendas saludables, galpones de cuyes, invernaderos, puentes, represas o estanques de agua…
Hemos dicho que entre promoción humana y evangelización hay un nexo muy estrecho, ambas se implican mutuamente. Por eso en ARCORES toda obra que se inaugura lleva el sello de la Bendición y Acción de Gracias de la comunidad con oraciones a Dios por terminar dicha obra y a los benefactores por su imprescindible contribución. Así mismo a los apadrinados se les enseña a ser agradecidos con sus padrinos y con Dios que les cuida a través de la Eucaristía dominical o de una catequesis unida con la oración al Señor.
Para concluir afirmamos la “opción evangélica y preferencial por los pobres, firme e irrevocable, pero no exclusiva ni excluyente” (SD 178) y que la Familia y la Vida son los desafíos de especial urgencia en la Promoción Humana. En esta línea va nuestro trabajo con las comunidades campesinas del Ande peruano por conseguir que tengan una vivienda digna.