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El estusiasmo de Ignacia por hacer crecer la FSAR

Tras superar numerosas dificultades, la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta cuenta con una nueva comunidad en Orlando (Florida), donde nunca antes habĆ­a estado.

El sĆ”bado 26 de septiembre fue un dĆ­a especial para los seis miembros de la nueva Fraternidad Seglar Agustino Recoleta de Orlando (Floridad, Estados Unidos). En la maƱana quedo erigida oficialmente la nueva comunidad. AdemĆ”s, cinco de ellos emitieron sus promesas como seglares agustinos recoletos. Fue una celebraciĆ³n sencilla, austera y reducida que contĆ³ con la presencia del agustino recoleto Javier Legarra, quien presidiĆ³ la eucaristĆ­a.

El sacerdote acudiĆ³ desde MĆ©xico. Semanas atrĆ”s, el vicario provincial en Estados Unidos, Marlon Pontongan, informĆ³ a Ignacia CaƱizalez que ya habĆ­a conseguido un religioso para acompaƱarles en este dĆ­a tan importante. Fue la Ćŗltimas de las dificultades que doƱa Ignacia tuvo que sortear. Su llegada a Orlando no fue inconveniente para continuar adelante con su vocaciĆ³n a la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta. Pese a que las comunidades mĆ”s cercanas se encuentran a mĆ”s de 1.500 kilĆ³metros, Ignacia hizo todo lo posible para que la familia agustina recoleta estuviera presente en el estado de Florida.

Solo la alegrĆ­a de vivir su vocaciĆ³n y sus ganas de dar a conocer a Cristo le llevaron hasta el dĆ­a 26 de septiembre. SaliĆ³ de Venezuela hace ya varios aƱos. Primero llegĆ³ a Union City, donde en 2016 emitiĆ³ sus promesas a la FSAR. Relata la propia Ignacia que, un aƱo despuĆ©s de sus promesas, preguntĆ³ a Dios quĆ© querĆ­a de ella. Ā«SentĆ­ que me decĆ­a que querĆ­a una entrega totalĀ», dice. AsĆ­, se propuso hacer todo lo que pudiera por extender el Evangelio.

Al llegar a Orlando comenzĆ³ a conocer gente por distintas circunstancias. AsĆ­ fue como conociĆ³ a Mariana Brito. Ignacia anunciĆ³ a todos sus conocidos que impartirĆ­a de forma individual un taller agustiniano en distintas casas con el deseo de dar a conocer la espiritualidad agustiniana. Muchos estaban alejados de la Iglesia pero recuperaban su fe al escuchar la conversiĆ³n de San AgustĆ­n. Eso fue lo que gustĆ³ a Mariana: Ā«Me enamorĆ© de San AgustĆ­n y de la interioridad gracias a ellaĀ». SegĆŗn relatan los asistentes, Ignacia impartĆ­a sus talleres con pasiĆ³n. Ā«Buscaba el tiempo para vernos; hizo que nos interesĆ”semos por estoĀ», dice Mariana.

Un dĆ­a decidiĆ³ comenzar a hablarles de la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta. Ā«Quise fundar una comunidad porque en Orlando no habĆ­a comunidad y yo necesitaba de mi hermanosĀ», expresa. De esa forma, comenzĆ³ a formar a los nuevos aspirantes ella sola. Los religiosos le apoyaron en la distancia enviĆ”ndole material. Ā«Los frailes me han apoyado y han estado muy pendientes de nosotrosĀ», explica Ignacia. El grupo continuĆ³ cohexionando hasta tal punto que Mariana Brito asegura que su comunidad son Ā«unos angelitos que han tocado en mi vida; siento que no estoy solaĀ».

La neo-comunidad iba a realizar sus promesas en el mes de abril, pero la pandemia evitĆ³ este evento importante. Ignacia sintiĆ³ miedo a que la buena sintonĆ­a se enfriara por la situaciĆ³n y por el aplazamiento sin fecha de las promesas. Ā«Cuando anunciĆ© que un sacerdote podrĆ­a venir y al final realizarĆ­amos las promesas, el grupo indicĆ³ que ya creĆ­an que eso no ocurrĆ­a nuncaĀ», recuerda.

El dĆ­a grande llegĆ³. DĆ­as antes, Sergio SĆ”nchez, prior provincial de la Provincia San NicolĆ”s de Tolentino, habĆ­a enviado a Ignacia una carta en la que erigĆ­a oficialmente la comunidad de la Fraternidad Seglar, bajo el nombre de Santa Magdalena de Nagasaki, patrona de la FSAR. Asimismo, en su escrito, SĆ”nchez recordaba las promesas de Ignacia: Ā«AsĆ­ comienzan las obras de Dios, con un granito de mostaza o un poco de levadura; Ɖl hace lo demĆ”s, tocando nuestros corazones y voluntadesĀ».

Precisamente Dios nunca les abandonĆ³. Mariana afirma que ha sentido Ā«a Dios tocar mi corazĆ³nĀ» y provocĆ³ en ella Ā«mucha paz y tranquilidadĀ». Ahora los seis deben caminar juntos y firmes en la fe. Ellas mismas se comprometen a seguir formĆ”ndose. Ā«Comienza nuestro trabajo al interiorĀ».

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