El Colegio Santo Agostinho de Leblon (Brasil), que educa cada año a más de 2.000 alumnos, celebró su 75º aniversario fundacional, en el marco de la solemnidad de San Agustín.
El Colegio Santo Agostinho de Leblon (Brasil) supone una propuesta educativa y de vida para los jóvenes de Rio de Janeiro. En 75 años, el CSA ha educado a miles de brasileños en un proyecto fructífero e ilusionante que, hoy, supone el ejemplo más claro de la apuesta de los Agustinos Recoletos por el apostolado educativo. Por eso, la celebración de sus 75º aniversario es un recuerdo al pasado pero, sobre todo, una mirada esperanzadadora al futuro.
La comunidad educativa del centro celebró, en la solemnidad de San Agustín, el aniversario del colegio, que es una segunda casa para muchos brasileños. El obispo agustino recoleto Mons. Jesús María Cizaurre presidió una eucaristía cargada de emotividad y simbolismo. El prelado agradeció a Dios estas décadas y homenajeó a aquellos que dieron lo mejor de sí en la educación de la juventud de Río de Janeiro, religiosos y profesores.
Durante la eucaristía, varios de los asistentes, vinculados al colegio, recordaron cómo la pedagogía agustiniana, que el Colegio Santo Agostinho ha impartido desde sus inicios, cimentada sobre los valores, les ha permitido crecer humanamente en su propia vida. Asimismo, algunos alumnos, acompañados por profesores y responsables de pastoral, presentaron ante el altar la labor de la Orden de Agustinos Recoletos -simbolizada por el logo de la Red Solidaria Internacional EDUCAR- y la educación en valores y por la familia.
Al concluir la celebració, el director del centro, el agustino recoleto Jesús Izaguirre, resaltó la formación que se ofrece en las aulas del colegio y ahondó en la propuesta educativa del CSA, que mira al futuro y se adapta a la necesidad de cada tiempo. Igualmente, aseguró que «trabajar en la educación es una tarea permanente de repensar y reformar el pensamiento; es una acción dinámica ágil y actualizada para responder a la búsqueda de los cotidiano, multidimensional e imprevisible». Por ello, advirtió, «que precisamos de una nueva vía para el futuro de la humanidad, que comprende amor, fraternidad y el regreso del humanismo».
Uno de los momentos más esperados por la comunidad educativa fue la bendición de un nuevo edificio, dentro del complejo del colegio, que se suma a la moderna infraestructura escolar. En el nuevo espacio se desarrollarán tareas de formación relacionadas con la innovación tecnológica y humana, así como la administración del centro.