Las Misioneras Agustinas Recoletas iniciaron en su casa madre de Monteagudo (Navarra, España) el año jubilar por el 75º aniversario de la elevación a congregación.
El 18 de enero de 1947, la Santa Sede emitió el decreto laudis, de alabanza, en el que otorgaba el carácter de congregación a las Misioneras Agustinas Recoletas, quedando constituida por las hermanas de España, Brasil, Colombia. En el mismo lugar donde todo comenzó, en la casa madre de Monteagudo (Navarra, España), las Misioneras Agustinas Recoletas comenzaron la celebración del año jubilar por el 75º aniversario de la congregación. Más de 20 hermanas de diferentes partes de España, así como las religiosas de otros países que se conectaron en directo a la celebración, estuvieron presentes.
Las misioneras fueron acompañados por religiosos agustinos recoletos, especialmente por un nutrido grupo de novicios que dirigieron los cantos. La eucaristía fue presidida por el obispo agustino recoleto de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández. En su homilía, el prelado dejó varios mensajes importantes para las hermanas. El primero de ellos, que «en la vida no podemos ser simples espectadores o invitados; es necesario asumir cada uno su responsabilidad misionera para que la alegría sea expresión de los nuevos tiempos».
Asimismo, afirmó que al comienzo del año jubilar, las integrantes de la congregación tienen «el compromiso de mirar a los signos de los tiempos y salir al encuentro de las nuevas necesidades con generosidad desbordante». «Como mujeres contemplativas, debéis encontrar a Dios en el hermano que camina a vuestro lado; en cada uno de ellos debéis ver a Jesús que camina con vosotras», dijo.
También les invitó a estar «siempre bien centradas en Cristo Jesús, que es la razón de vuestro ser y de vuestro hacer». «Es el amor incondicional a Dios el que os sigue llevando a las periferias existenciales y hace que la congregación siga viva y alegre», indicó.
De esta forma, las Misioneras Agustinas Recoletas comienzan todo un año de celebración en el que recordarán el recorrido andado por muchas religiosas que han hecho realidad el carisma fundado por Mons. Francisco Javier Ochoa y la Madre Esperanza Ayerbe.
Historia
En el año de 1930 Mons. Francisco Javier Ochoa, OAR, busca entre las Agustinas Recoletas contemplativas de España, hermanas que estén dispuestas a colaborar activamente en la misión de Kweith Fu (China), encomendada a los Agustinos Recoletos. Emprenden esta tarea misionera las madres Esperanza Ayerbe de la Cruz, Ma Ángeles García de San Rafael y Carmela Ruiz de San Agustín.
En 1935, respondiendo al pedido de Mons. Ignacio Martínez, OAR, de diversos conventos de Agustinas Recoletas contemplativas de España, salen a trabajar en la misión de Lábrea (Brasil), las madres Adelaida Miguel de la Transfiguración, María Díez Ulzurrum del Sagrario y Vicenta Fernández del Buen Consejo.
En 1940 las madres Esperanza y Carmela regresan a España con el fin de abrir un noviciado para formar hermanas para la misión. Ante la imposibilidad de enviar neoprofesas a China, por motivo de la guerra, abren casas en España y Colombia, con el permiso de la superiora general de las Agustinas Recoletas de Filipinas, a las que habían sido incorporadas por la Santa Sede, desde 1936.
El 18 de enero de 1947 tiene lugar la erección canónica como congregación diocesana con el nombre de Agustinas Recoletas Misioneras de María, quedando constituida por las hermanas de España, Brasil, Colombia y madre Ma Ángeles García, que se encontraba en China. Mons. Francisco Javier Ochoa elabora las Constituciones y nos da el escudo con el lema SOLI DEO HONOR ET GLORIA.
El capítulo especial de 1969, al adaptar y renovar las Constituciones, aprueba el nuevo nombre de Misioneras Agustinas Recoletas, con la sigla MAR. Actualmente están presentes en España, China, Venezuela, Colombia, Perú, México, Cuba, Brasil y Ecuador.