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Tras el doctorado de Santo Tomás de Villanueva

Teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos han revisado por primera vez, con resultado positivo, la doctrina del arzobispo agustino de Valencia.

El proceso para declarar doctor de la Iglesia a Santo Tomás de Villanueva, agustino y arzobispo de Valencia (España), continúa avanzando favorablemente. De momento, se ha realizado ya el estudio de la doctrina de santo Tomás de Villanueva por parte de una comisión de teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos para constatar su condición de “eminente”, requisito necesario para que la Iglesia haga la declaración como doctor de un santo.

El resultado ha sido unánimemente positivo y ahora se espera que la doctrina del santo pase a un segundo estudio, esta vez por una comisión de teólogos de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Finalizada esta etapa de estudio y constatación de la eminencia de la doctrina del santo arzobispo de Valencia, se presentarían los resultados al Santo Padre para que, si así lo considera conveniente, lo declare doctor de la Iglesia Universal.

Así lo pudieron constatar los Postuladores generales de la familia agustiniana en un encuentro mantenido el pasado 16 de mayo con el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Los postuladores de las órdenes de San Agustín, Josef Sciberras, Agustinos Recoletos, Gabriel Robles, y Agustinos Descalzos, Denis Duene, abordaron con el responsable de la Congregación el estado del proceso de declaración como Doctor de la Iglesia Universal de santo Tomás de Villanueva. El proceso, iniciado hace varios años por la Federación Agustiniana Española (FAE) juntamente con la archidiócesis de Valencia, está siendo promovido por las órdenes y congregaciones agustinianas.

Un gran predicador con una profunda vida de fe

Tomás de Villanueva ofrece a la Iglesia un ejemplo de vida dedicada al servicio del Evangelio mediante el estudio ferviente de la Palabra de Dios, y su posterior exposición y explicación a los fieles a través de numerosísimos sermones, que constituyen una auténtica teología pastoral al servicio del pueblo de Dios. Su profundo conocimiento de la Palabra de Dios nacía de una aún más profunda vida de fe y oración que le llevó a expresar una clara vocación profética en su tiempo (siglo XVI) y a promover la reforma de la Iglesia. Como prior provincial de la provincia agustiniana de Andalucía, se preocupó por enviar misioneros a América, seleccionando cuidadosamente los candidatos, procurando escoger religiosos que fueran santos, sabios y que quisieran ir voluntariamente a las misiones. Como arzobispo es reconocida su preocupación por la formación del clero, que le llevó a fundar un seminario en Valencia que anticipaba las decisiones del concilio de Trento.

Pero el aspecto que destaca más y sobre todo en la vida de Tomás de Villanueva fue su compromiso en favor de los pobres. Hoy se hablaría de una “opción preferencial” por ellos. Supo vivir al servicio de los más necesitados. Sus escritos y gestos –como el entregar todo lo que tenía, aún el propio lecho en que murió, a los pobres– muestran una preferencia absoluta por las periferias de sus días y, sin duda, nos ofrecen luces para la conversión personal y eclesial que hoy pide a todos el Papa Francisco.

Para las familias religiosas agustinianas la figura de santo Tomás de Villanueva reviste una gran actualidad y ofrece inspiración para revitalizar tanto la Iglesia como las propias comunidades. De ahí que se quiera promover ante la Iglesia su vida y obra, especialmente su actitud y acción pastoral ante la pobreza y la marginación en que, como en sus tiempos, viven hoy una gran mayoría de los seres humanos. Por eso, se quiere solicitar que se le declare “Doctor misericordiae Dei”, doctor de la misericordia de Dios, que fue lo que experimentó, vivió y predicó a lo largo de su vida, como religioso agustino y como pastor de la Iglesia.

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