El agustino recoleto Erich García Cotí comienza con su ordenación sacerdotal en Guatemala su sacerdocio, «el inicio de una entrega total a la Iglesia» como él mismo lo definió.
Igual que el matrimonio, el sacerdocio es un camino de entrega y de amor. Esta travesía tiene en la ordenación sacerdotal uno de los momentos más importantes. El agustino recoleto Erich García Cotí fue ordenado sacerdote el pasado sábado 28 de mayo en Guatemala, su país. «Es el inicio de una entrega total a la Iglesia», afirmó en sus primeras palabras como sacerdote.
En la primera etapa de su camino estuvo acompañado de familiares y amigos que, desde Colombia, México y El Salvador, viajaron para estar junto a él. La Catedral del Espíritu Santo, de Quezaltenango, fue el lugar de salida. El obispo agustino recoleto, Mons. Mario Alberto Molina, arzobispo de Los Altos Quezaltenango-Totonicapán, presidió la eucaristía e impuso sus manos en la ordenación del nuevo sacerdote.
«Eres heredero de la espiritualidad y el celo pastoral de San Agustín», le recordó el prelado en su homilía. No se le olvidó a Erich García Cotí esta idea, pues comenzó sus palabras de agradecimiento citando al Padre de la Iglesia: «Fuiste moldeando poco a poco mi corazón». El nuevo presbítero indicó que Cristo, que ha muerto y resucitado por cada persona, «tiene que vivir en nosotros sacerdotes, y nosotros tenemos que vivir en él».
En el inicio del nuevo camino del sacerdocio afirmó que «llegarán momentos de desánimo e impotencia», aunque se mostró seguro porque Dios nunca le dejará solo. A los presentes pidió ser rectificado o animado cuando sea necesario. «Esta es una entrega gratuita a la Iglesia de fe y vocación», dijo.
Tuvo, por último, palabras de agradecimiento a la Orden por todo el proceso formativo. Precisamente el Prior provincial de la Provincia Nuestra Señora de la Candelaria, que estuvo presente en la celebración, recordó a Erich García Cotí que siempre recuerde «el día que el Señor te concedió el don del sacerdocio».