Estimados hermanos y hermanas:
La solidaridad es tener siempre los oídos atentos a los gritos de socorro que nos llegan desde todos los rincones del mundo.
La solidaridad es mantener la mirada siempre atenta y los ojos vigilantes buscando a los náufragos de nuestra egoísta sociedad.
La solidaridad es sentir como propio el dolor ajeno, y compadecerse de la angustia de los que lo están pasando mal.
La solidaridad es ponerse del lado del pobre, denunciar la injusticia, gritar la verdad.
La solidaridad es ser presencia de esperanza en medio en un mundo que no la deja florecer, ni nos ofrece razones para creer en ella.
La solidaridad es compartir los peligros en la lucha por la justicia y la libertad, arriesgando hasta la vida, pero sobre todo nuestra comodidad.
Jesús, que dio su vida por nosotros, sin otro motivo que el amor incondicional, es la razón fundamental que nos debe mover a vivir la solidaridad.
La solidaridad es en verdad un valor al alza en nuestra sociedad moderna, y la familia agustina recoleta tiene una forma propia de vivir la solidaridad: en comunión. Vivimos la solidaridad en comunión, ese es precisamente el tema elegido para la Jornada de corazón solidario 2022/2023 que promueve nuestra Red Solidaria ARCORES, cuyo lema es “Juntos, transformando vidas”.
Aumentan las colas del hambre, los refugiados de la guerra entre Ucrania y Rusia, y de tantas otras guerras, no paran de llegar, el mundo se ve amenazado por la irracionalidad de unos pocos, que no dejan ondear la bandera de la paz y el planeta grita que ya no puede más. Los jóvenes no encuentran vivienda, las familias no pueden pagar la luz y el gas, la cesta de la compra no para de aumentar, los migrantes se cuentan por millones, las mujeres mueren en Irán por llevar mal puesto un velo, y la mayoría mira para otro lado, tratando de vivir su vida sin dejarse importunar.
La familia agustina recoleta quiere mirar de frente a todas estas situaciones, conscientes de que la realidad nos desborda y supera, pero también convencidos de que no podemos dejar de actuar y que tenemos que hacerlo JUNTOS, como familia, en comunión, porque juntos somos más fuertes, y porque esa es nuestra manera de vivir y trabajar.
Quiero recordar aquí aquel texto del evangelio de Juan, (capítulo 6) donde delante de una multitud hambrienta se buscan soluciones para darles de comer. El racionalista Felipe dice: Ni doscientos denarios de pan serían suficiente para alimentar a esta multitud. Andrés, el hermano de Simón Pedro, apenas constata: Aquí hay un muchacho con cinco panes y dos peces. Pero ¿qué es eso para tanta gente? Tampoco nosotros vamos a ser capaces de recaudar los doscientos denarios necesarios para acabar con el hambre y las situaciones de pobreza e injusticia de nuestro mundo, pero lo que sí podemos hacer es presentarle al Señor los cinco panes y dos peces que tenemos y ponerlos en sus manos para que Él los multiplique. Cuando damos lo que tenemos, todos quedan satisfechos e incluso sobra.
De esto va esta Jornada de corazón solidario, de presentarle al Señor lo poco que tenemos para que en sus manos se multiplique. En verdad, cuando uno no busca beneficios personales, ni rentas, ni tenemos otros intereses que no sean los de paliar las situaciones de calamidad que viven muchos de nuestros hermanos, el milagro acontece. Queremos desde ARCORES juntar a todos los muchachos, niños, ancianos, jóvenes, adolescentes, adultos…que quieran poner en común sus panes y sus peces; queremos unir nuestras manos, nuestros esfuerzos; queremos unir los latidos más nobles de nuestro corazón, porque la unidad y la comunión generan vida y porque la comunión se inserta en la esencia de nuestra identidad carismática.
La Orden ve con inmensa alegría el rápido crecimiento y la buena acogida que ha experimentado nuestra Red solidaria ARCORES en toda la geografía recoleta. Son muchas las iniciativas, proyectos, campañas llevadas a cabo en distintos ministerios y comunidades y por todo ello damos gracias a Dios, pero tenemos una asignatura pendiente: trabajar juntos, unir fuerzas, caminar en comunión, y pienso que no hay mejor oportunidad para ello que vivir la solidaridad en comunión, y esta jornada es una oportunidad para ello. Recordemos que: «La solidaridad, en efecto, es precisamente esto: compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra. Mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad» (Mensaje del Papa Francisco por la Jornada Mundial de los Pobres 2022).
Como nos dice el Papa Francisco: “hagamos lío”, hagamos ruido con esta Jornada solidaria. No es para nosotros, es para los preferidos del Señor y los abandonados de la sociedad. Junto con esta carta recibirán los materiales para su divulgación. Aprovechemos el trabajo incansable de tantas personas que hay por detrás y no nos olvidemos de poner en común nuestro granito de arena, nuestros cinco panes y dos peces. Depende de ti, depende de mí.
Que el Señor y la Virgen María nos bendigan a todos.
Roma, 10 de noviembre de 2022.
Fray Miguel Ángel Hernández Domínguez OAR