Que el Dios de la esperanza colme nuestros corazones de alegría y paz
Estimados hermanos:
La próxima semana se cumple un año de la clausura del 56º Capítulo general. No nos olvidamos de los ecos de aquella hermosa experiencia de comunión y sinodalidad que vivió nuestra Orden y a la que han seguido los cuatro capítulos provinciales. No nos olvidamos de las voces de los hermanos requiriendo un mejor y mayor acompañamiento para los laicos, pero también para los religiosos, que se pasan la vida preocupados con los otros y muchas veces se olvidan de sí mismos. No nos olvidamos del deseo de los capitulares de contar en la Orden con estructuras ligeras y sencillas que nos ayuden a servir mejor a los hermanos. No nos olvidamos del deseo manifestado por todos de estar más atentos a las necesidades de los más desprotegidos de la sociedad y de impulsar nuestra Red Solidaria ARCORES, para que se convierta en el corazón de la Recolección allí donde haya una dificultad, una carencia, un grito de dolor o un atentado contra la dignidad de las personas. En el Capítulo también quedó muy claro que queremos seguir trabajando para que nuestras casas y ministerios sean lugares seguros, especialmente para los más pequeños y vulnerables de la sociedad. Y por supuesto, no nos olvidamos de las palabras que el Papa Francisco nos dirigió en la audiencia del 17 de marzo de 2022: «Entreguemos nuestro carisma, nuestro don, a quien lo pueda llevar adelante. Por favor, no remendemos las cosas que no se pueden remendar».
¿Qué hemos hecho en la Curia general durante este primer año después del Capítulo?
1.- Cultivar sueños.
En el Capítulo general y en los capítulos provinciales hemos tratado de soñar el sueño de Dios. Nos hemos preguntado: ¿Qué quiere Dios de nosotros y para nosotros? ¿Cómo nos sueña Dios? Podemos decir que el Proyecto de Vida y Misión, que fue el fruto final de cada uno de los capítulos, es el sueño de Dios para la Orden y para las Provincias. A nosotros, al equipo de gobierno, nos toca custodiar y cultivar esos sueños. Y cultivar sueños no significa vivir en la estratosfera o perdidos en ensoñaciones baratas que nos alejan de la realidad. Al contrario, cultivar sueños significa buscar caminos y dar respuestas concretas para que esos sueños se puedan hacer realidad. A nosotros nos toca aterrizarlos, encarnarlos en las situaciones particulares que vive la Orden en las diferentes culturas y realidades, en definitiva, cultivarlos. Y cultivar significa “ayudar a florecer”. En eso andamos, tratando de hacer florecer lo que se nos entregó hace un año en forma de semilla. Y aunque no seamos “entendidos agricultores”, sí sabemos que cada planta y cada semilla requiere cuidados distintos, tierra distinta, temperatura y tiempos distintos. Cada sueño, cada proyecto del Capítulo general también requiere sus propios cuidados y sobre todo quien se dedica a cultivar semillas y sueños sabe que tiene que armarse de paciencia y aprender a esperar, porque dependemos de algunas circunstancias y de los demás.
San José fue un cultivador de sueños, con los pies plantados en la tierra. La figura de San José nos invita a «no perder la capacidad de soñar, la capacidad de abrirse al mañana con confianza, no obstante, las dificultades que pueden surgir. No perder la capacidad de soñar el futuro (…) También los sacerdotes: soñar sobre nuestros fieles, qué queremos para ellos. Soñar como sueñan los jóvenes, que son “descarados” en el soñar, y allí encuentran un camino. No perder la capacidad de soñar, porque soñar es abrir las puertas al futuro»1.
Nuestros proyectos valdrán la pena en la medida que reflejen la luz de Dios; nuestros sueños valdrán la pena soñarlos y compartirlos en la medida que nos lleven a realizar el sueño de Dios.
2.- Escuchar los latidos del corazón.
Lo primero que Dios pide a los hombres es que lo escuchen: Escucha Israel (Dt 6, 4-9), y el primer servicio que nosotros podemos prestar a los hombres nuestros hermanos es el de escucharlos, porque escuchar es darse cuenta de que el otro existe, confirmarlo en su propia existencia. Te escucho porque me importas, porque tu historia y tu vida me interesan. Quien no sabe escuchar termina perdiendo la capacidad de hablar o hablará sin tocar el corazón del otro. Dios es el gran oyente y sólo quien es capaz de escuchar con el corazón de Dios, podrá hablar con la boca de Dios.
Este primer año del sexenio está siendo un año de escucha. Hemos escuchado al equipo de gobierno anterior, fue lo primero que hicimos, sentarnos con ellos, compartir, escucharlos. Nos escuchamos entre nosotros, los miembros del Consejo, sin prejuicios, con libertad y en confianza. Escucharemos a los Priores provinciales, ya estamos preparando la primera reunión con ellos para los días 17 al 21 de abril; escuchamos a los miembros de los organismos de la Orden; escuchamos a nuestros colaboradores laicos, que nos ayudan a llevar adelante nuestra misión evangelizadora; escuchamos a la Iglesia en boca del Papa Francisco y de nuestros pastores; escuchamos a los que no piensan como nosotros o incluso nos desprecian, porque también en sus palabras podemos encontrar gérmenes de verdad; en definitiva, escuchamos a todos los que nos pueden ayudar a entender mejor las cosas, a discernir y a descubrir nuevos caminos.
Dentro de ese proceso de escucha podemos enmarcar todas las reuniones que se están teniendo desde los distintos organismos de la Orden:
Se está organizando el Sínodo JAR y la JMJAR para la segunda quincena de julio en Salamanca, queremos escuchar a los jóvenes y juntos buscar caminos de revitalización.
Estamos escuchando a las Fraternidades Seglares, son numerosas las reuniones online que están teniendo para conocerse mejor, entenderlos y atenderlos de la mejor forma posible; por cierto, están organizando su primer encuentro internacional para noviembre de este año en Rio de Janeiro.
Estamos escuchando también los latidos y las voces que nos llegan desde nuestros centros educativos. Hace poco se ha reunido en Panamá la coordinación de la Red Educar y también en noviembre de 2023 tendrán su VII Encuentro Educar en Guatemala.
Escuchamos a los formadores, y a los promotores vocacionales. Ya está en marcha los preparativos del mes de preparación a la profesión solemne y el encuentro de promotores vocacionales para el próximo mes de noviembre en Maringá (Brasil).
Escuchamos las voces y los gritos de los más desfavorecidos, de las víctimas del terremoto de Siria y Turquía e inmediatamente ARCORES con el corazón abierto de par en par se pone manos a la obra para acoger con solicitud de padre todas las necesidades, que en la medida de lo posible se puedan atender. En abril tendrán reunión de la Junta directiva para preparar la asamblea general en Madrid en el mes de junio.
El Secretariado general de carisma, espiritualidad y formación permanente se ha reunido en Madrid del 25 al 30 de enero, se buscan caminos nuevos que nos ayuden a vivir de forma madura, consciente y alegre nuestra vida consagrada. Se preparan para el lanzamiento de la plataforma e-learning, que va a significar un hito en la vida de la Orden, en lo que a la formación permanente se refiere. Dependiendo de este secretariado el Ministerium sapientiae, responsable de organizar los retiros mensuales, los ejercicios agustinianos, talleres de oración, etc, también tiene marcadas sus reuniones para el mes de mayo en Roma.
Y a la escucha están también el resto de los organismos de la Orden. Se han reunido online la Comisión de economía y patrimonio, los miembros del Secretariado de misiones y parroquias, la Comisión de protección de menores y personas vulnerables, la Comisión de comunicación y evangelización digital, etc.
«San José es «custodio» porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas»2.
3.- Orar para discernir.
Alguien dijo una vez: Cómo cambian mis pensamientos cuando los llevo a la oración. ¡Cuánta verdad hay en estas palabras y qué bien reflejan el corazón del hombre! Nos movemos por impulsos, sentimientos, emociones, fobias… pero cuando nos permitimos y damos la oportunidad de llevar todos esos impulsos y sentimientos a la oración y los ponemos en la presencia de Dios se van transformando, y va cambiando nuestra forma de ver las cosas y nuestra forma de pensar, y como consecuencia de todo ello cambian también nuestras actitudes y nuestras decisiones.
Eso es lo que tratamos de hacer todos los días en la Curia general y cada uno de los miembros del equipo de gobierno: poner delante del Señor nuestros proyectos, ideas, planes, programaciones y sueños. Cuando delante de Dios le vamos dando vueltas a lo que surgió en un momento dado, dentro de nosotros, fruto del ímpetu, del entusiasmo o de las urgencias… a la luz de Dios y bajo la acción de su Espíritu, las cosas se ven de otra manera y terminamos recapacitando y cambiando nuestros planes para dar paso a los planes de Dios que, sin duda, siempre serán infinitamente mejores.
Además, todas las iniciativas y proyectos de cada uno de los responsables de las distintas áreas de acción de la Orden se contrastan con los demás miembros del Consejo general, lo que nos permite afinar todavía más el discernimiento en el proceso de toma de decisiones.
Dice el Papa Francisco que san José «no buscó explicaciones para la sorprendente y misteriosa realidad a la que se enfrentaba, sino que la acogió con fe, amándola tal como era». Explicó que el patrono de la Iglesia Universal es un maestro de vida espiritual y de discernimiento, y así se lo puede invocar para que nos «libere de las ataduras de demasiadas reflexiones en las que a veces acabamos perdiéndonos, incluso con las mejores intenciones»3.
San José, ayúdanos a seguir cultivando en nosotros los sueños que Dios tiene para nuestra Orden y que sepamos hacerlos florecer. Enséñanos a escuchar los latidos del corazón de todos y de cada hermano que se acerque a nosotros, y sobre todo enséñanos a escuchar el latido del corazón de Dios. Finalmente, te pedimos: danos discernimiento, danos la mirada de claridad y sabiduría que tuviste tú para caminar siempre despiertos, guiados por la luz del Espíritu y para acertar en las decisiones que vayamos tomando para nuestra Orden.
Que el Señor nos bendiga con su paz.
Roma, 18 de marzo de 2023.
Vísperas de la solemnidad de San José.
Fray Miguel Ángel Hernández OAR
Prior general
- Papa Francisco. Catequesis 9 sobre San José del 26 de enero de 2022.
- Papa Francisco. Homilía del inicio del Pontificado, 19 de enero de 2013.
- Papa Francisco. Homilía del 19 de marzo de 2021.