Fray Miguel Ángel Hernández ha animado en su labor a los misioneros de Kankintú en su visita a las comunidades de la comarca Ngäbe-Buglé.
El acceso a la comarca Ngäbe-Buglé, en Panamá, es complejo: primero hay que recorrer varios kilómetros por complicadas carretera y posteriormente en lancha. Fue la ruta que realizó el Prior general para visitar a los religiosos misioneros presentes en esta región y poder estar junto a las familias de las comunidades de Santa Catalina, Kusapín y el distrito de Kankintú.
Del 15 al 19 de mayo, fray Miguel Ángel Hernández realizó una visita «especial» para Kankintú, como reconoce fray Bolívar Sosa, uno de los religiosos presentes en territorio de misión. Para ellos, esta visita ha servido para «hacer memoria» de todo lo que la Orden ha realizado en este lugar, desde su llegada en 1964 hasta hoy. «Hemos soñado juntos con el Prior general, ya que, aunque se ha hecho mucho, nos ha animado a continuar porque el campo de evangelización es abundante y aun tiene muchas fronteras por explorar», indica.
Ha sido la primera vez que fray Miguel Ángel Hernández visita a la etnia Buglé en su propia tierra como prior general. «Ha podido orar con ellos, conversar y escucharles», dice el misionero. Especialmente entre la juventud, la fe está viviendo un resurgir en Kankintú. Durante su encuentro con los jóvenes, el Prior general mostró el estreno del himno de la JMJAR y les animó a unirse desde la distancia con su oración.
En sus encuentros con religiosos y laicos, el Prior general ha insistido en la importancia de la experiencia con Cristo. «Más que las acciones concretas, nos ha recordado que lo fundamental es que creemos espacios y oportunidades para que las personas se encuentren con Cristo», explica fray Bolívar Sosa.
El 15 de mayo, fray Miguel Ángel Hernández, acompañado del secretario general, partió desde David hacia Calovébora, desde donde tomó una lancha para desplazarse por el mar hasta Santa Calina, el primero de los poblados de la comarca que visitó. Tras convivir dos días con la comunidad, viajó hasta el Río Caña que da acceso a Kankintú. Hasta el 19 de mayo pudo estar con los religiosos, antes de seguir su viaje hasta Changuinola y Almirante, en donde mantuvo un encuentro fraterno con Mons. Aníbal Saldaña, obispo agustino recoleto de la Prelatura de Bocas del Toro.