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Una Regla que genera vida en abundacia

Como muchas personas, la historia de MarĆ­a Eugenia Trujillo cambiĆ³ a partir de conocer, abrazar y vivir la Regla de vida de la FSAR. En esta reflexiĆ³n comparte lo que supone para ella el documento.

Ā«La disciplina del corazĆ³n agustinianoĀ», mĆ”s que un tĆ­tulo, es la expresiĆ³n de lo que hoy significa para mĆ­ la Regla de vida de la Fraternidad Seglar Agustina Recoleta. Mujer, catĆ³lica, caminante del mundo. Miro atrĆ”s y reflexiono cĆ³mo, porquĆ© y para quĆ© desde hace 20 aƱos asumĆ­ estas reglas y esta forma de vida.

Lee la Regla de vida de la FSAR

Suena extraƱo para muchos en un mundo que a veces pierde el rumbo y que poco importa a una gran masa acoger un carisma, una forma de vida. Yo formĆ© parte de esa multitud. Y digo formĆ©, porque andando errante por la vida en bĆŗsqueda de Ć©xitos, retos y desafĆ­os, de repente, sin darme cuenta, poco a poco, descubrĆ­ que esa ansiedad, esa bĆŗsqueda de un corazĆ³n inquieto, encontrarĆ­a su paz en una espiritualidad que le ha dado sentido a mi vida.Ā 

En un recodo del camino, despuĆ©s de muchas experiencias, descubrĆ­ la sencillez y la alegrĆ­a de un pequeƱo grupo que irradiaba en una eucaristĆ­a una luz que nunca habĆ­a visto brillar en muchos grupos. Dios teje misteriosamente nuestras vidas y ese dĆ­a me dije a mĆ­ misma: este es mi espacio, aquĆ­ me quedo. Y aquĆ­ sigo, como los peregrinos del camino, donde tengo una familia, una identidad, una cercanĆ­a con JesĆŗs de Nazareth que no habĆ­a encontrado ni en el lugar mĆ”s hermoso y sofisticado del planeta.

La Regla de vida en toda su estructura me ha marcado un camino, unas normas que dejan de ser una teorĆ­a para, como su nombre dice, dar, generar y proyectar vida y vida en abundancia. Un camino que no hubiera sido posible si no fuera por el deseo y la voluntad de un buscador de corazĆ³n inquieto, hasta encontrar la disciplina del corazĆ³n ardiente de AgustĆ­n.Ā 

Cada persona vive la espiritualidad desde diferentes aristas. En mi caso, ha partido desde el conocerme y en ese interior, desde mi indigencia, descubrir al Maestro interior que habita en mĆ­ y que es mi sostĆ©n y combustible para levantarme cada dĆ­a con la alegrĆ­a del cristiano que sabe cuĆ”l es su misiĆ³n.

La Fraternidad ha sido escuela de oraciĆ³n: oramos con la vida, oramos en el compartir, oramos en el dolor del hermano. A veces somos bastĆ³n para el hermano y otras veces son los hermanos los que nos regalan su hombro para sobrellevar las cargas. La Fraternidad es escuela en la caridad y el apostolado; es universalidad de almas y corazones que saben que en algĆŗn lugar del mundo, probablemente el lugar mĆ”s remoto donde haya un agustino recoleto ā€“ya sea fraile, monja, jovenā€“ es mi hermano, es alguien por quien orar y a quien amar.

Encontrarle sentido a las cosas de la vida es percibir el valor que estas tienen y encontrarle el sentido de Ā«volver a casaĀ». Es sentirse atraĆ­do hacia un viaje interior que nos conduce a la armonĆ­a. Es aceptar la invitaciĆ³n que la vida nos hace a transformarnos, a vivir un proceso de conversiĆ³n, haciendo de nosotros mejores seres humanos que logran vivir en armonĆ­a con su ser, con su entorno, con el mundo.Ā 

Este ha sido el gran regalo que he encontrado a travĆ©s de estos aƱos en la Fraternidad Seglar Agustina Recoleta; un regalo fundamental que me proporcionĆ³ un camino espiritual cargado de valores y vida en plenitud.

MarĆ­a Eugenia Trujillo
Costa Rica

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