Con motivo de la 58 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Papa Francisco ha meditado profundamente sobre la Inteligencia Artificial (IA), los riesgos que conlleva, retos que plantea y la necesidad de recapacitar sobre su utilización para que no perdamos nuestra humanidad. Además, ha invitado a todos los creyentes a reflexionar sobre el impacto que puede provocar en nuestras vidas esta nueva rama de la Informática.
La Orden de Agustinos Recoletos (OAR) ha acogido esta propuesta y, al hilo de ella, ha presentado una nueva iniciativa titulada Diálogos de Casiciaco, con la que pretende propiciar la reflexión conjunta sobre cuestiones de actualidad. Los debates se entablarán on line, de manera periódica, entre invitados de diferentes países, expertos en los asuntos que se propongan. El título de los encuentros alude a las históricas conversaciones filosóficas y teológicas que tuvieron lugar en la villa de Casiciaco, cerca de Milán (Italia), en el siglo IV. En ellos, san Agustín se reunía con su madre, santa Mónica, y con los miembros de su primera comunidad para debatir, reflexionar y hacerse preguntas.
La primera edición de estos Diálogos se celebró el pasado sábado, 11 de mayo de 2024, bajo el título Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana, que Francisco había propuesto.
En el evento, moderado por la periodista Victoria Montaner, participaron Mons. Francisco Javier Acero, miembro de la Orden y obispo auxiliar de la Archidiócesis de México, que aportó su experiencia en comunicación institucional y evangelización digital; Fr. Antonio Carrón, consejero general de la Orden y profesor en la Universidad Gregoriana en Roma, que profundizó en los aspectos éticos de la IA; José Ángel Cuadrado, periodista y experto en medios digitales, coordinador del área digital del grupo de comunicación Ábside Media (que integra, entre otros, medios como Radio COPE, y el canal de televisión TRECE), que compartió su visión sobre la intersección que se produce entre la tecnología y la comunicación humana, y Tomás Romero, fundador de la comunidad Fruto del madero en Colombia, que ofreció su perspectiva sobre la evangelización a través de las redes sociales y la música.
Una de las cuestiones que se repitió de forma recurrente fue la necesidad de preservar la autenticidad y la humanidad en la comunicación, incluso en un contexto cada vez más permeado por la tecnología. Los intervinientes coincidieron en el hecho de que, si bien la IA puede ser una herramienta poderosa para agilizar procesos y ampliar el alcance de los mensajes, nunca debe suplantar la conexión humana y la empatía.
Además, se abordaron los desafíos éticos que plantea la proliferación de la IA, desde la creación de contenido digital hasta su empleo en el Periodismo y la Educación. Los participantes destacaron la importancia de establecer marcos éticos sólidos para guiar su implementación y mitigar riesgos como la difusión de noticias falsas y la manipulación de la información. En el curso del diálogo, los ponentes expresaron su confianza en que la IA coexista armónicamente con la sabiduría del corazón humano.
De hecho, Mons. Francisco Javier Acero enfatizó la necesidad de crear un marco ético y de saber utilizarlo. Expresó su opinión de que las nuevas tecnologías son necesarias para llegar a un tipo de personas a los que no llega normalmente la Iglesia. Destacó, asimismo, la conveniencia de ser creativos, pero advirtió que necesitamos la presencia del factor humano en nuestras relaciones.
Por su parte, Fray Antonio Carrón advirtió que, en materia educativa, poner muros a la tecnología no es bueno, porque suele producir un efecto rebote. Reconoció que en muchas ocasiones no hemos sabido establecer los límites correctos e implementarla de manera adecuada. No obstante, resaltó su impresión de que, en ese ámbito, los elementos positivos que pueda traer consigo la IA (como, por ejemplo, la personalización de la enseñanza), puede superar a los negativos.
José Ángel Cuadrado expuso la conveniencia de que todos conozcamos un poco acerca de esta nueva rama informática y saber cómo funciona porque ello nos permitirá ser críticos con el contenido que consumamos en las redes sociales. Y manifestó su esperanza en que las grandes empresas que manejan Internet y son las dueñas del mundo digital entrenen sus algoritmos para que no tengan sesgos y nos permitan obtener información útil para alcanzar la verdad.
Finalmente, Tomás Romero expresó que, pase lo que pase, el hombre tiene que saber de dónde viene y que está en él la responsabilidad de aferrarse a las relaciones personales, por mucho que la IA pueda atropellar o colocar en riesgo la dignidad humana. Abogó por usarla como un medio y nunca como un fin y por mantener diálogos plenamente humanos, de tú a tú.
Como se ha adelantado, los Diálogos de Casiciaco volverán cada mes con nuevas propuestas y temas para debatir, aprender y reflexionar.