El pasado 8 de junio de 2024, catorce profesos simples renovaron sus votos como Agustinos Recoletos. De ellos, trece lo hicieron en la Capilla de Santo Tomás de Villanueva del Recoletos Formation Center (Filipinas), mientras que un fraile renovó sus votos en Ciudad Ho Chi Minh (Vietnam).
La renovación de votos fue presidida por Fr. Kenneth Onda, Vicario provincial de la Provincia de San Ezequiel Moreno, junto con Fr. Emilio Quilatan, y Fr. James Castelo, como testigos. Al mismo tiempo, en Ciudad Ho Chi Minh, Fr. Helfrid Palmis, que se encuentra en la nueva comunidad, renovó su profesión simple en una celebración eucarística presidida por el prior local, Fr. Allan Jacinto.
En su homilía, Fr. Onda recordó a los religiosos que, al renovar sus votos, profundizan en su compromiso de vivir en pobreza, obediencia y castidad, siguiendo el ejemplo de Cristo. Destacó que ser un Agustino Recoleto va más allá de vestir el hábito religioso y que lo fundamental es vivir según el estilo de vida de la Orden: ustedes están aquí para servir y amar a los demás, tal como Jesús vino a servir y no a ser servido. Asimismo, Fr. Onda subrayó la importancia de la renovación de votos como una reafirmación del compromiso de los frailes con su vocación y con la misión de la Orden.
Las Constituciones de la Orden destacan que la formación es «obra de toda la vida” (Const. 183), y se concreta en varias etapas: aspirantado, postulantado, noviciado, profesión simple y solemne, y formación permanente.
Las tres primeras etapas tienen una unidad e importancia características y están destinadas a la formación inicial. Este período de formación inicial comienza con el ingreso en el aspirantado o con el postulantado, según los casos, y termina con la ordenación sacerdotal, o dos años después de la profesión solemne para los religiosos hermanos. «La formación, concebida como experiencia seria en la vida agustino recoleta, exige el tiempo y el ambiente adecuados. El clima familiar y ordenado, el silencio, la reflexión, el estudio, el trabajo, la práctica religiosa y el contacto asiduo con el Señor ofrecen las condiciones favorables para la maduración normal de la vocación.» (Const. 185).
La profesión simple tiene como objetivo profundizar en la vida consagrada del fraile, ayudándole a madurar su vocación y prepararse adecuadamente para su futuro apostolado. «Con una intensa dedicación a la oración y al estudio. Esta dedicación le ayuda eficazmente a madurar su vocación, de cara al compromiso definitivo con Dios en la profesión solemne172, y a prepararse debidamente para su futuro apostolado.» (Const. 224).
Esta renovación de votos supone un paso más en su compromiso y entrega como frailes, que continuarán profundizando en los próximos años hasta el momento de la profesión solemne en la Orden.