Los sanfermines son una de las fiestas más populares de España y del mundo, que cuenta con una gran historia y tradición y que reúne cada año a más de un millón de personas de diferentes países. Se trata de una Fiesta de Interés Turístico Internacional que se celebra en Pamplona en honor de San Fermín de Amiens, que es copatrón de Navarra junto con San Francisco Javier.
Pero en estas últimas semanas, la ciudad española ha tenido un motivo más de celebración ya que, el pasado 23 de junio, la parroquia Nuestra Señora de la Paz, situada en la zona este de la capital navarra, conmemoró sus 50 años de vida con una serie de eventos y celebraciones que reunieron a toda la comunidad. La parroquia, que fue fundada en el año 1974 y que es gestionada por los padres agustinos recoletos, ha sido un gran pilar espiritual y social en Pamplona.
La jornada comenzó con una misa presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló, seguida de un concierto ofrecido por la capilla de música de la Catedral. La celebración de las bodas de oro reunió a casi 200 personas, entre ellas, 70 scouts, sus familias y antiguos feligreses.
Fr. José Luis Urriza, actual párroco de Nuestra Señora de la Paz, ha explicado los orígenes humildes de la parroquia y que “comenzó en una parcela gestionada por los agustinos recoletos en colaboración con el constructor Flores. Desde sus inicios, la parroquia ha destacado por su enfoque comunitario y su compromiso con la educación y la formación de los jóvenes, especialmente a través de los grupos scouts”.
El nombre de la parroquia se eligió en honor a San Agustín, que dedicó la iglesia principal de Hipona a la Paz, la famosa Basilica Pacis. También influyó la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, proclamada por el Papa Pablo VI en el año 1974. Este nombre refleja el deseo de la comunidad de ser un símbolo de paz y esperanza en la ciudad.
El programa de actividades incluyó presentaciones sobre la historia de la parroquia, exhibiciones de fotos antiguas y testimonios de antiguos parroquianos y scouts, que recordaron con cariño los campamentos, las actividades y los distintos servicios comunitarios que han caracterizado la actividad de la parroquia a lo largo de las décadas.
La iglesia, diseñada por el arquitecto Francisco Javier Gorritxo, destaca por su simplicidad exterior, que contrasta con su capacidad para albergar a 500 personas en el interior. El templo cuenta con muchos elementos especiales, entre los que merecen citarse el Cristo del Perdón y las hermosas vidrieras del artista Raventós.
La celebración del 50 aniversario no sólo supuso una ocasión para reflexionar sobre el pasado, sino también para mirar hacia el futuro con esperanza y compromiso, tal y como ha expresado Fr. José Luis: “Nuestra parroquia tiene mucha vida y estamos agradecidos por la continua animación espiritual que recibimos. Esperamos seguir sirviendo a la comunidad por muchos años más”.
