En un clima de profunda espiritualidad y comunión, la Orden de Agustinos Recoletos celebró la clausura de los eventos conmemorativos por sus 125 años de presencia en Venezuela. Durante los días 5 y 6 de diciembre, religiosos, laicos y miembros de la familia recoleta se reunieron en actividades que combinaron reflexión, fraternidad y acción de gracias, reafirmando el compromiso con el carisma agustiniano.
Encuentro con la Familia agustino recoleta
El 5 de diciembre, el Teatro San Judas Tadeo de La Pastora (Caracas) se convirtió en el epicentro de un emotivo encuentro entre el Prior general de la Orden, Fr. Miguel Ángel Hernández Domínguez, y las diversas expresiones de la familia recoleta. Fraternidades Seglares, jóvenes de JAR, Madres Mónicas y representantes de las instituciones educativas y sociales de ARCORES y CEAR compartieron testimonios y reafirmaron su compromiso con los valores agustinianos.
Por la tarde, la Parroquia San Pío X fue el escenario de una Eucaristía solemne presidida por el Prior general. Este momento de profunda espiritualidad incluyó la profesión solemne de Fr. Carlos Riera, un paso trascendental en su camino de entrega a la vida religiosa.
Palabras de agradecimiento y esperanza
En su homilía, Fr. Miguel Ángel manifestó una profunda alegría por estar en Caracas, expresando: «Dios ha estado grande con nosotros y estamos alegres.» Recordó con especial cariño al querido Fray Dativo, cuyo legado permanece vivo en el corazón de la comunidad: «Hoy se encuentra a los pies del apóstol al que tanto ha querido, y sin duda que desde el cielo sigue intercediendo junto a San Judas y ayudando a sus ovejitas de la Pastora.»
El Prior general subrayó la relevancia de los 125 años de misión en tierras venezolanas, describiéndolos como una alianza profunda y comprometida con el pueblo: «125 años sembrando la semilla del evangelio en estas tierras amadas… una alianza como la del matrimonio: en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad… hasta que Dios quiera.» Este tiempo, señaló, ha sido testigo de momentos de gloria y también de dolor, en los que la Orden ha sido instrumento de consuelo y salvación.
«Ser recoleto es ponerle pasión a la vida, pasión a lo que hacemos, es apasionarse por Dios y por la humanidad doliente.»
Fr. Miguel Ángel también reflexionó sobre los retos de la vida consagrada y el compromiso total que implica: «Si no es por entero y para siempre… no puede haber consagración y no puede haber fidelidad.» Hizo un llamado a vivir con pasión, valentía y radicalidad, siguiendo el ejemplo de los orígenes de la Recolección Agustiniana. En sus palabras, «Ser recoleto es ponerle pasión a la vida, pasión a lo que hacemos, es apasionarse por Dios y por la humanidad doliente.»
«El amor en clave cristiana siempre significa dar la vida… no necesariamente en el martirio, sino en una entrega continuada y constante a Dios y a los hermanos.»
En el contexto de la profesión solemne de Fr. Carlos Riera, el Prior general resaltó el testimonio de vida al que están llamados los consagrados: «Tu vida, tu testimonio tiene que ser signo de vida y esperanza para los demás… tenemos que ver al Cristo vivo actuando a través de ti.» Asimismo, reflexionó sobre la importancia del desprendimiento, el compartir y el amor auténtico: «El amor en clave cristiana siempre significa dar la vida… no necesariamente en el martirio, sino en una entrega continuada y constante a Dios y a los hermanos.»
Finalmente, agradeció el compromiso de Fr. Carlos y exhortó a los presentes a seguir construyendo esperanza, aun en medio de las dificultades: «Sigamos poniendo ladrillos de esperanza… porque ese es el único fundamento que consigue soportar y superar el peso de la frustración, del desánimo y del cansancio.»
Celebración litúrgica y Ordenaciones
El segundo día de celebración tuvo lugar en el Colegio Cristo Rey (Caracas), donde los religiosos de la vicaría se reunieron para reflexionar sobre el legado de la Orden en Venezuela y estrechar los lazos de fraternidad. Este espacio permitió mirar al futuro con esperanza, inspirados por el camino recorrido en más de un siglo de misión evangelizadora.
Por la tarde, la Parroquia La Guadalupe, en Las Mercedes, fue testigo de dos momentos significativos: el cierre de la Puerta Santa, que marcó el fin del Año Jubilar, y la ordenación diaconal de Fr. Eduardo Caripe y Fr. Carlos Riera. La ceremonia, presidida por el arzobispo de Caracas, Mons. Raúl Biord Castillo, fue una manifestación de la profundidad del compromiso evangélico que caracteriza a la Orden de Agustinos Recoletos.
125 Años de historia y esperanza
Estas celebraciones no solo recordaron el legado histórico de la Orden en el país, sino que también renovaron la fe en un futuro lleno de servicio y fraternidad. Con la clausura de este aniversario, los Agustinos Recoletos en Venezuela reafirmaron su misión de ser luz y esperanza en medio de los desafíos, fortaleciendo los lazos entre religiosos y laicos en una comunidad unida por el amor y el servicio a Dios.