Sor Amparo Costilla Jiménez ha sido elegida presidenta de la Federación de Agustinas Recoletas de España durante la Asamblea celebrada en el convento de Marcilla (España). Su elección supone un nuevo capítulo en una trayectoria marcada por la entrega y la vocación contemplativa. Conozcamos más sobre su historia, su visión y los retos que asume en este nuevo servicio a su comunidad.
Raíces andaluzas y un camino de fe
Nacida en Medina Sidonia (Cádiz) el 4 de mayo de 1966, Sor Amparo creció en el seno de una familia sencilla. Su padre emigró a Alemania durante muchos años en busca de mejores oportunidades. Fue bautizada el 22 de mayo, festividad de Santa Rita, y es la tercera de siete hermanos. A los cuatro años, su familia se trasladó a Chiclana, donde se iría gestando su vocación religiosa.
El descubrimiento de su vocación y su entrada en la vida contemplativa
En Chiclana, Sor Amparo creció vinculada a la Parroquia de San Sebastián, dirigida por los Agustinos Recoletos. A los quince años, inició su preparación para el Sacramento de la Confirmación, una experiencia que marcó un antes y un después en su vida espiritual. Fue entonces cuando experimentó una profunda conversión y comenzó a vivir su fe con un compromiso renovado.
La asistencia regular a la Eucaristía y al Sacramento de la Reconciliación se transformó en una necesidad espiritual, más allá de una simple obligación. Su participación en el grupo de jóvenes y en un grupo de oración llamado «Vivencia de fe» le permitió descubrir la paz y la fortaleza que encontraba en la oración ante el Sagrario.
Así, poco a poco, sin darse cuenta, su relación con Jesús se fue fortaleciendo hasta que comprendió que su vida solo tenía sentido con Él.
Cuando compartió esta inquietud con el padre Jesús María Mauleón, él no se sorprendió; parecía que esperaba esa decisión y la animó a seguir su llamado. Así, el 4 de septiembre de 1985, ingresó en el convento de las Agustinas Recoletas contemplativas de Chiclana. Desde entonces, su vida ha estado marcada por la alegría de su vocación y la certeza de haber nacido para ser Agustina Recoleta.
Un servicio de liderazgo al frente de la Federación
Ser nombrada presidenta de la Federación de Agustinas Recoletas de España es para Sor Amparo un servicio más en su camino de entrega a Dios. «Es la manera de seguir diciendo sí al plan de Dios sobre mi vida», afirma con humildad. Aunque reconoce sus limitaciones, confía plenamente en que es el Señor quien guiará sus pasos en esta nueva misión.
Su papel consistirá en acompañar a sus hermanas, animarlas y fortalecer la unidad entre las comunidades, custodiando con fidelidad el carisma de la orden.
Más allá de los retos administrativos, Sor Amparo asume este servicio con el deseo de fomentar la alegría, la pasión y la ilusión por la vocación contemplativa.
Una Asamblea marcada por la diversidad y la fraternidad
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de Sor Amparo en esta Asamblea de 2025 es la presencia de hermanas jóvenes de diversas culturas. «Es una riqueza, una maravilla», destaca. Más allá de las diferencias, se respira un ambiente positivo, con deseos de superar dificultades y crecer en la formación, la fraternidad y la ayuda mutua.
Retos y sueños para el futuro
Sor Amparo es consciente de los desafíos que enfrenta la Federación, entre ellos la escasez de vocaciones, la necesidad de una formación sólida y la urgencia de caminar con mayor unidad entre las comunidades.
Su mayor sueño como presidenta es que todas las hermanas alcancen la meta de la santidad, recorriendo el camino de la conversión, el amor, la entrega y la humildad.
Una petición a los Agustinos Recoletos
Como presidenta federal, Sor Amparo también dirige una petición a los Agustinos Recoletos: mayor disponibilidad para acompañar a las monjas en su camino espiritual. Algunas comunidades tienen la gracia de contar con su presencia, pero muchas otras carecen de esta posibilidad. «Uno de los problemas que nos preocupa es la dificultad para encontrar ponentes para Ejercicios Espirituales y retiros, así como para la formación», explica. Además, anima a fortalecer los lazos entre las monjas, la Fraternidad Seglar y las Juventudes Agustino Recoletas (JAR), creando una red de apoyo mutuo dentro de la gran Familia agustino recoleta.
Con humildad y determinación, Sor Amparo Costilla Jiménez afronta este nuevo desafío con la esperanza de seguir sirviendo a Dios y a su comunidad, guiando a sus hermanas en la búsqueda de la santidad y la fidelidad al carisma agustino recoleto.