El Papa León XIV presidió este domingo su primer Regina Coeli como Sucesor de Pedro, y lo hizo cantando con el pueblo de Dios. Desde el balcón central de la basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, en una mañana luminosa de primavera, ofreció un mensaje profundamente evangélico, centrado en la figura de Cristo Buen Pastor, en el llamado a las vocaciones y en un fuerte clamor por la paz en el mundo. Su voz, serena y firme, ya empieza a resonar como la de un pastor que guía con cercanía y claridad.
Domingo del Buen Pastor: vocaciones, escucha y comunión
“El hecho de que mi primer domingo como obispo de Roma sea el del Buen Pastor lo considero un don de Dios”, comenzó diciendo el Papa León XIV. Como cada cuarto domingo de Pascua, el Evangelio proclamado fue el del capítulo 10 de san Juan, donde Jesús se presenta como el pastor que conoce y ama a sus ovejas y da la vida por ellas.
“Hoy, en comunión con toda la Iglesia, rezamos por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa. ¡Cuánto las necesitamos!”
El Papa insistió en la importancia de que los jóvenes encuentren en nuestras comunidades acogida, escucha, aliento y ejemplos creíbles de entrega generosa a Dios y a los hermanos.
“No tengan miedo”: un llamado a los jóvenes
Dirigiéndose directamente a los jóvenes, León XIV les dijo con convicción:
“No tengan miedo. Acepten la invitación de la Iglesia y de Cristo Señor.”
Retomando el mensaje dejado por el Papa Francisco para esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el nuevo Papa alentó a todos los cristianos a ser pastores según el corazón de Dios, cada uno según su estado de vida.
“Pidamos al Padre del cielo ser, los unos para los otros, pastores capaces de ayudarnos mutuamente a caminar en el amor y en la verdad.”
Un clamor por la paz en un mundo herido
En la parte final de su mensaje, el Papa recordó que hace 80 años terminaba la Segunda Guerra Mundial y expresó su dolor por el actual estado del mundo:
“Hoy vivimos una tercera guerra mundial en pedazos, como decía el Papa Francisco. Yo también me uno al clamor: ¡Nunca más la guerra!”
Habló con dolor del pueblo ucraniano, de los prisioneros, de los niños alejados de sus familias y de la situación “profundamente dolorosa” en Gaza:
“¡Cese inmediatamente el fuego! Que se socorra a la población civil y se liberen a los rehenes.”
Saludó también con satisfacción el anuncio del cese del fuego entre India y Pakistán, y elevó un deseo sincero:
“Confío a la Reina de la Paz este grito de mi corazón, para que lo presente al Señor Jesús y obtengamos el milagro de la paz.”
Un saludo universal desde Roma
En su estilo ya característico, León XIV saludó a los peregrinos venidos de distintos países: Malta, Panamá, Dallas, Valladolid, Madrid, Monte Silvano, Palermo, y también a jóvenes, movimientos provida y grupos eclesiales. Envió además un afectuoso mensaje en el Día de la Madre:
“Un cariñoso saludo a todas las madres, con una oración especial por las que ya están en el cielo. ¡Feliz día a todas las mamás!”
Un Papa que canta y hace cantar
León XIV cantó el Regina Coeli con los fieles, no solo como gesto litúrgico, sino como expresión de una fe celebrada en comunidad. Su primer mensaje dominical nos deja ya una estampa clara: un Papa que quiere ser pastor, que camina junto al pueblo, que cree en los jóvenes, y que clama con fuerza por la paz.
Desde la Orden de Agustinos Recoletos rezamos por su ministerio y damos gracias por su voz nueva y su corazón en comunión. Que María, Reina del Cielo y de la Paz, lo acompañe en cada paso.