En un ambiente sereno y fraterno, sin ostentaciones ni protocolos, el Prior General, Fr. Miguel Hernández Hernández, presidió la bendición e inauguración de los nuevos vitrales de la Green Heart Hermitage. A su lado estuvieron el Prior provincial, Fr. Bernard Amparado, el Prior de la comunidad de Cavite, Fr. Dexter Palagtiosa, otros miembros de la comunidad y amigos.
Los vitrales, fruto de la inspiración y talento del consejero general Fr. Jaazeal Jakosalem (Tagoy), son mucho más que una obra decorativa: constituyen una verdadera catequesis visual, una oración silenciosa y una ofrenda de luz que conmemora el 25º aniversario de la Provincia de San Ezequiel Moreno.
Las imágenes representadas —Nuestra Señora de la Consolación, san José, san Agustín, san Nicolás de Tolentino y san Ezequiel Moreno— tejen una narrativa espiritual vinculada a la identidad y misión de los recoletos. Para los caviteños, el conjunto tiene un valor aún más entrañable: se incluye la querida imagen de Nuestra Señora de la Soledad de Porta Vaga junto al mártir san Sebastián arrodillado, así como la histórica iglesia de Santa Mónica, de la cual sobrevive únicamente su campanario tras la batalla de la bahía de Manila.
Durante la ceremonia, el Prior general recordó con emoción el arraigo de los recoletos en Cavite desde 1616, y destacó que la belleza del arte sacro, como la luz que atraviesa estos vitrales, “invita a la contemplación, evoca el misterio y nos conduce hacia Dios”. En su mensaje, hizo eco de las palabras del Papa León XIV:
“Cuánto necesitamos recuperar el sentido del misterio que envuelve a toda la persona humana y canta la belleza de la salvación”.
La obra, situada en la ermita del Corazón Verde (Green Heart Hermitage), se convierte en un faro espiritual y un símbolo de la misión recoleto en esta tierra. Como expresó Fr. Miguel Hernández:
“Aunque pequeños, podemos reflejar la luz de Dios en nuestra vida cotidiana, en nuestras palabras, actitudes y gestos”.
Esta bendición no solo marcó una fecha significativa en la historia de la Provincia, sino que también dejó una huella luminosa de comunión, gratitud y esperanza para toda la familia recoleto y para el pueblo de Cavite.