Vitigudino, Salamanca, España | El monasterio de las Agustinas Recoletas de Vitigudino acogió el domingo 18 de mayo un momento de especial alegría: Sor María Zhang, natural de China, se consagró a Dios en la vida contemplativa siguiendo el carisma agustiniano recoleto. La celebración, presidida por Mons. José Luis Retana, obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, fue un canto sereno de fidelidad y esperanza en una Iglesia que sigue dando frutos en silencio.
UNA HISTORIA QUE CRUZA FRONTERAS
Sor María llegó desde China con una búsqueda clara: vivir para Dios. Encontró en la comunidad de Vitigudino un espacio de acogida, oración y escucha. Allí, en el ritmo sencillo de la liturgia, el trabajo y la vida común, fue madurando una vocación que hoy se ha hecho entrega pública y definitiva.
LA ALEGRÍA DE UNA COMUNIDAD
El monasterio celebró con emoción esta consagración. Durante la homilía, Mons. Retana animó a Sor María a ser fiel en lo pequeño y a vivir con hondura su unión con Cristo.
“Toda profesión religiosa nos renueva como Iglesia —expresó la comunidad—. Es un signo de que Dios sigue llamando, y de que su voz sigue encontrando corazones disponibles”.
UN SIGNO PARA LA IGLESIA
En un tiempo que valora lo inmediato, la vida consagrada contemplativa es testimonio de que el amor puede ser total, fiel y escondido. La profesión de Sor María recuerda a todos que la Iglesia no crece solo con estructuras, sino con vidas entregadas.
ORAMOS CON ELLA Y POR ELLA
Desde toda la familia agustino recoleta, nos unimos a la acción de gracias por la vocación de Sor María Zhang. Pedimos al Señor que la fortalezca en la fidelidad diaria, y que su consagración sea fecunda para la Iglesia y para el mundo.
Información: Diócesis de Salamanca