El subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Cardenal Fabio Baggio, dirigió una inspiradora intervención en la Asamblea Internacional de ARCORES celebrada el 25 de junio en Roma. Con un profundo enfoque en los desafíos migratorios, alentó a la familia agustino recoleta a ser presencia activa de la Iglesia en las fronteras del mundo.
Una llamada urgente a implicarse
“Hemos escuchado una de las voces más autorizadas sobre las migraciones en la Iglesia”, comentaban desde ARCORES al finalizar la intervención del cardenal Baggio, quien compartió con los representantes de la red solidaria agustino recoleta una reflexión profunda y actual sobre los desafíos migratorios y las respuestas pastorales necesarias.
“El desafío que tenemos como Iglesia es servir a nuestros hermanos y hermanas migrantes, recordándonos que siempre es Cristo quien golpea nuestra puerta”, expresó el cardenal, en un mensaje cercano y profético .
Con datos actualizados y una mirada global, el purpurado señaló que más de 281 millones de personas son migrantes internacionales y que más de 83 millones están desplazadas internamente por conflictos o desastres naturales . Frente a estas cifras, el cardenal llamó a no ceder a la indiferencia ni a las narrativas de miedo.
Cuatro verbos, una misión
Inspirado por el magisterio del Papa Francisco, Baggio insistió en los cuatro verbos que resumen la acción de la Iglesia frente a la migración: acoger, proteger, promover e integrar.
La respuesta, dijo, debe ser integral, profética y misionera, capaz de tocar no solo las estructuras sociales, sino también los corazones.
“No se trata solo de migrantes, se trata de toda la humanidad, de construir juntos un nosotros cada vez más grande”, afirmó, citando Fratelli tutti.
El rostro católico de la esperanza
El cardenal subrayó que la Iglesia debe crecer en su catolicidad, es decir, en su capacidad de ser universal, inclusiva, reconciliadora y enriquecida por la diversidad de los pueblos.
“Cada migrante, cada desplazado, lleva consigo una historia, una cultura, una fe que puede revitalizar nuestras comunidades”, apuntó.
Recordó que incluso el Papa León XIV, recientemente elegido, es él mismo “descendiente de inmigrantes que ha emigrado a su vez”, y su testimonio encarna la experiencia de tantos hombres y mujeres que buscan una vida mejor sin perder su dignidad.
ARCORES, una red en salida
La intervención del cardenal no fue solo un diagnóstico, sino un estímulo para que la familia agustino recoleta, a través de ARCORES, continúe siendo esa Iglesia en salida que no deja a nadie atrás. En palabras del propio Baggio:
“La migración es un lugar teológico, una frontera donde el Evangelio se hace carne. Gracias a ustedes por estar allí, con los últimos, con los olvidados”.
Una Asamblea con rostro humano
Esta intervención forma parte de los momentos centrales de la Asamblea Internacional de ARCORES celebrada en Roma, que ha reunido a miembros de la red de más de veinte países para renovar su compromiso con una caridad transformadora, desde el carisma agustiniano.
La jornada dejó una certeza: la Iglesia está llamada a ser comunidad de encuentro, casa abierta para todos, y los agustinos recoletos, junto a ARCORES, quieren seguir construyéndola paso a paso, con esperanza, justicia y fraternidad.
Ver esta publicación en Instagram