Actualidad | Te contamos

Encuentro en Granada: las Agustinas Recoletas renuevan su amor a Cristo y al carisma

Granada acogió un encuentro de formación de la Federación de Agustinas Recoletas de España. Participaron religiosas de distintas comunidades, compartiendo su fe, esperanza y la certeza de que la oración contemplativa es un camino para aportar paz al mundo.

Una formación que fortalece la vida contemplativa

Sor Blanca Estela compartió la motivación de su participación: «Aquí a Granada he venido para tomar un curso que la Federación de las Agustinas Recoletas ha invitado a todas las comunidades y para la formación». Este encuentro se planteó como un espacio para crecer juntas y seguir profundizando en la llamada a la contemplación.

Amar más a Cristo y al carisma

Por su parte, sor Guadalupe, consejera de la federación y priora del monasterio de Oviedo, subrayó la importancia del encuentro en el contexto actual:

«Ahora en estos tiempos se nos pide enamorarnos no sólo de Cristo sino de nuestro propio carisma, para poder aportar más espiritualidad y más esperanza. Es el no regresar como hemos venido, sino con un amor mucho más grande a nuestra Orden».

Sor Guadalupe insistió también en el compromiso que tienen las Agustinas Recoletas con el mundo:

«Es dar a conocer a Cristo, que no se olvide la gente que hay un Dios que nos espera. El mundo actual está lleno de guerras, lleno de injusticias y creo que nosotros, con nuestra oración, podremos aportar esa paz que tanto necesita el mundo».

Vocaciones jóvenes, signo de esperanza

El encuentro también fue ocasión para que las más jóvenes compartieran su experiencia. Sor María Isabel, novicia, expresó su alegría por participar en una experiencia común de formación:

«Me genera mucha ilusión, mucha emoción porque ver a tantas jóvenes que siguen a Cristo pues es lo mejor que han escogido en sus vidas».

Una llamada a la conversión

Finalmente, sor Guadalupe destacó su deseo más profundo como monja agustina recoleta:

«Mi mayor deseo como monja Agustina Recoleta es tener una verdadera y sincera conversión como San Agustín, para poder interiorizar, profundizar y renovar el amor a Cristo».

Este encuentro en Granada ha permitido a la familia de las Agustinas Recoletas crecer en fraternidad, renovar la fuerza de su vocación y recordar al mundo que, desde la vida contemplativa, se siembra esperanza y paz.