La plaza de San Pedro latió este miércoles con corazón agustino recoleto. En el marco del Jubileo de la Vida Consagrada, más de 200 miembros de nuestra familia espiritual —religiosos, laicos, monjas agustino recoletas y comendadoras de Santiago— participaron en una peregrinación jubilar hasta la Puerta Santa, ganando juntos la gracia del Jubileo y renovando el compromiso de ser peregrinos de esperanza en la Iglesia.
Un latido agustino en el corazón de la Iglesia
Roma, 8 de octubre de 2025. La Plaza de San Pedro se llenó del espíritu de la familia agustino recoleta. Más de 200 miembros —religiosos, religiosas, laicos y comendadoras— se unieron en una peregrinación jubilar como parte del Jubileo de la Vida Consagrada, cruzando juntos la Puerta Santa y ganando el jubileo con alegría, oración y esperanza.
Participaron más de 70 frailes agustinos recoletos de todo el mundo que se encuentran en Roma en el proceso de formación permanente por etapas, tanto en la etapa inicial (menos de cinco años de profesión solemne) como en la etapa de madurez (más de 50 años de profesión). Se unieron también más de 60 monjas agustinas recoletas de las federaciones de España y México, unas 15 Comendadoras de Santiago, y numerosos laicos procedentes de México y de los ministerios de la Orden en Madrid, muchos de ellos miembros de la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta.
Una peregrinación compartida, un carisma renovado
La peregrinación comenzó pasadas las 16:00 h desde la Piazza Pia, donde los participantes iniciaron el recorrido con espíritu festivo y recogido. Tras una breve parada en la iglesia de Santa María in Traspontina para una estación mariana, continuaron por la Vía de la Conciliación entonando las letanías de los santos, signo de la llamada universal a la santidad.
Al llegar a la Plaza de San Pedro, los rostros reflejaban emoción y gratitud. Lograron cruzar de la Puerta Santa, casi una hora y media después de haber iniciado la caminata, fue un momento profundamente simbólico: una Iglesia que acoge, una familia que camina unida, un carisma que se renueva.
Un final providencial: la Virgen del Rosario nos espera
Aunque el recorrido habitual de la peregrinación jubilar concluye en el rezo del credo en la tumba de San Pedro, el inicio de la vigilia de oración del Jubileo obligó a modificar el itinerario. La providencia envió a la familia agustino recoleta al altar de la Virgen del Rosario, patrona de la Orden, donde concluyeron su camino.
Allí, todos los religiosos y laicos entonaron juntos la Salve y el himno a San José, rezaron por toda la familia recoleta, por los presentes y por quienes no pudieron estar. La peregrinación concluyó con la bendición del Prior General, fray Miguel Ángel Hernández, en un ambiente de profunda fraternidad y gozo espiritual.
Un día para guardar en el corazón
Esta jornada ha quedado grabada en la memoria de quienes la vivieron como una experiencia de gracia, comunión y misión. En palabras del Jubileo: fuimos peregrinos de esperanza, discípulos enviados a proclamar con alegría el Evangelio, en la riqueza de nuestro carisma agustino recoleto.
Porque en 2025 —en Roma, en San Pedro, en comunión— la familia agustino recoleta ganó el jubileo. Y lo hizo como lo sabe hacer: orando juntos, caminando juntos, soñando juntos.