La mañana del 11 de octubre fue especialmente significativa para la familia agustino recoleta. En el contexto del encuentro de formación permanente por etapas en Roma, y con motivo de la fiesta de santo Tomás de Villanueva, se celebró la Eucaristía en la Casa Divin Maestro (Ariccia), presidida por Mons. Luis Marín de San Martín, subsecretario del Sínodo de los Obispos. A la celebración asistieron frailes en formación de menos de cinco años y más de cincuenta años de vida consagrada, junto con monjas agustinas recoletas de México y España y las comendadoras de Santiago. Fue un momento de profunda comunión y renovación del compromiso vocacional.
Una celebración con sabor universal
La Eucaristía fue expresión de la riqueza misionera y multicultural de la Orden. La primera lectura fue proclamada en portugués por Fray Roberto Carlos Alvarado, misionero en Brasil; el salmo fue leído en inglés por Fray Johben Rodríguez, misionero en Cuba; y el Evangelio fue proclamado en español por Fray Carlos Rieira, diácono y promotor vocacional en Venezuela. Tres lenguas, tres misiones, una sola familia.
Santo Tomás de Villanueva: sabiduría que nace del amor
En su homilía, Mons. Luis Marín recordó la figura luminosa de santo Tomás de Villanueva, “obispo de los pobres y testigo creíble del Evangelio”. Destacó su opción radical por los últimos y su sabiduría profundamente cristiana:
“No tener nada por haberlo dado todo, como testimonio concreto de caridad”.
El obispo agustino explicó que la verdadera sabiduría, en clave agustiniana, no es solo erudición, sino sabiduría que orienta, que nace de caminar con Dios.
“La única forma de ser sabio es caminar con Dios. Solo desde la humildad podemos situarnos en la perspectiva justa.”
Con un tono cercano y pastoral, recordó que Cristo no es una idea ni un recuerdo, sino una persona viva:
“El único conocimiento válido de Cristo es el experiencial. Y quien se identifica con Cristo, hace su camino… incluso cargando su cruz”.
Su mensaje se centró en la esperanza pascual:
“No nos quedemos en un Viernes Santo eterno. El cristiano es el vigilante de la noche de Pascua. Abrazar la cruz es el único camino para resucitar.”
Una palabra del Prior General para toda la familia
Al final de la celebración, el Prior General, fray Miguel Ángel Hernández, dirigió unas palabras breves pero llenas de aliento, hablando con ternura y claridad a cada grupo presente.
A los mayores, les agradeció su entrega y fidelidad, animándolos:
“No se jubilen de la vida religiosa; sigan dando la vida por el Reino.”
A las monjas agustinas recoletas, les expresó su gratitud por su presencia y su oración:
“No dejen de rezar por nosotros. Ustedes son nuestras nuevas Mónicas, mujeres de intercesión incansable.”
Y a los jóvenes frailes, los animó a ser testigos de entrega y esperanza:
“Pido su juventud como modelo de generosidad en nuestra familia. No importa si corres, cojeas o apenas caminas… lo importante es que sigamos caminando.”
Concluyó recordando que somos herederos de un carisma, y que esa herencia es también una bendición:
“Caminar juntos es la mejor forma de custodiar el fuego de nuestra vocación.”
Una familia en camino, un carisma vivo
La Eucaristía fue uno de los momentos más significativos del encuentro. Un acto litúrgico que fue al mismo tiempo acción de gracias, renovación del compromiso y profecía de esperanza. En torno a la figura de santo Tomás de Villanueva, la familia agustino recoleta celebró su identidad, su misión y su deseo de seguir caminando con el corazón inquieto y en comunión con la Iglesia.