Continúa la visita del Prior general, Fr. Miguel Ángel Hernández,a las comunidades de la misión de Lábrea, en el Estado de Amazonas (Brasil)
En el segundo día de su recorrido, el Prior general visitó los Centros Esperanza de Lábrea y la Escuela Santa Rita. En el primero, Fr. Miguel Ángel ya había conocido de primera mano la labor de estos centros cuyo propósito es ofrecer a niños de entre 9 y 16 años un refugio seguro en el que alejarse de las drogas, la desescolarización y la desnutrición. El objetivo es que reciban amor, alimentación, educación y formación religiosa y técnica. En su visita a la Escuela Santa Rita, ha recorrido un pequeño museo que conserva pertenencias de la Hermana Cleusa, una figura histórica y carismática para la región y para la Familia agustino recoleta, quien luchó y dio su vida por la causa de los indígenas oprimidos. La visita ha incluido la habitación de la misionera agustina recoleta, que aún conserva objetos personales de gran valor histórico y espiritual.
En el tercer día de su presencia en Lábrea, el Prior general ha acompañado a Mons. Santiago Sánchez a la celebración Eucarística en la comunidad de Santa Rita, en “Tierra Solidaria”. Esta misa, conocida como la “Misa Amazónica”, se celebra cada 28 de mes en memoria del martirio de la Hermana Cleusa. La ambientación, los cantos y las ofrendas han estado profundamente vinculados a la vida y lucha de Cleusa. Se ha recordado su sacrificio y renovado el compromiso de la comunidad con su legado.
Hermana Cleusa: Un legado de amor y sacrificio
El 28 de abril de 1985, la hermana Cleusa Carolina Rody Coelho, misionera agustina recoleta, fue asesinada en el Amazonas mientras viajaba en barca por el río Passiá. Cleusa, defensora de los derechos de las comunidades indígenas, es recordada por su valiente lucha contra las injusticias que sufrían estos pueblos. Su defensa de los derechos indígenas y su dedicación pastoral en el CIMI (Consejo Indigenista Misionero) hicieron que su fama de santidad se extendiera entre los pueblos de Lábrea.
Desde su llegada a Lábrea en 1979, Cleusa se comprometió con la causa indígena, enfrentando la explotación y violencia impuesta por coroneles y empresas que invadían los territorios de los pueblos apurinãs. Educó a los indígenas en la defensa de sus derechos, siempre desde la paz y los valores evangélicos.
Cleusa fue asesinada cuando regresaba de una comunidad apurinã, adonde había ido para promover la paz y la justicia. Su martirio fue un golpe para las comunidades indígenas, que perdieron a una defensora valiente y dedicada. Décadas después, su memoria sigue viva entre los pueblos indígenas, que ven en ella un referente de lucha pacífica y entrega total al servicio de los más vulnerables y que ahora se encuentra en proceso de beatificación.
Si quieres conocer más sobre su vida accede a este documento elaborado por la misionera agustina recoleta Rosalina Meneghetti.