El Prior general de la Orden, Fr. Miguel Ángel Hernández, continúa su visita por las comunidades en México. Esta semana ha correspondido a la comunidad de Hospitales, en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en la Ciudad de México, D.F.
El principal apostolado de esta comunidad, además de su labor parroquial, es la atención a los hospitales de la zona, en particular el Hospital General y el Hospital de Niños. A través de la administración de los sacramentos, los religiosos brindan consuelo a los enfermos y familiares que llegan desde diversas regiones del país.
Asimismo, la comunidad gestiona el Centro de Acompañamiento y Recuperación de Desarrollo Integral (CARDI), que ofrece apoyo material y emocional a las personas con familiares hospitalizados en los alrededores. Este centro proporciona alimentos, duchas, medicinas, acompañamiento, y también organiza cursos de capacitación en varias áreas. Esta labor social, fundada por la comunidad recoleta, ha sido un pilar durante más de 18 años. Además, los religiosos prestan servicio en las funerarias cercanas y acompañan espiritualmente a los familiares de los difuntos y despiden a los fallecidos.
Tras su paso por la comunidad de Hospitales, Fr. Miguel Ángel se dirigió a la ciudad de Querétaro. Durante el trayecto, hizo una parada para visitar a las Monjas Agustinas Recoletas del Monasterio de La Trinidad, en Tula. Allí compartió momento muy especial con las hermanas de clausura, que representan la dimensión contemplativa del carisma y que, como destaca el Prior, fue motivo de gran alegría. Gracias a las hermanas por su acogida fraterna y testimonio de vida.
En Querétaro, el Prior visitó la comunidad de San Pío X y el Colegio Fray Luis de León. Esta comunidad alberga a religiosos mayores que requieren asistencia y, además, administra el colegio, que recibe estudiantes desde nivel infantil hasta preparatoria. Con alrededor de 1.300 alumnos, el colegio no sólo se distingue por ofrecer una educación de calidad, sino también por ser un lugar donde los jóvenes crecen en la fe, acompañados de los religiosos.
En esta comunidad también se encuentra un grupo de hermanos pertenecientes a la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta, que ya llevan 15 años caminando juntos, así como de las JAR y el CEAR, todos comprometidos en promover la espiritualidad recoleta en la ciudad de Querétaro.
Al concluir esta etapa de su visita Fr. Miguel Ángel ha señalado que cada comunidad que he visitado refleja la riqueza del carisma agustino recoleto. Desde el servicio pastoral en los hospitales hasta la formación de los jóvenes en nuestros colegios, veo cómo el amor de Dios se manifiesta en obras concretas. Estoy profundamente agradecido por la entrega de cada hermano que, con su vida, testifican que el Evangelio sigue transformando corazones y realidades. Los animo a seguir siendo una luz de esperanza para todos aquellos que nos necesitan.