Después de casi un mes de vacaciones y otro de inmersión comunitaria, antes de que el curso académico comience ya a fines de setiembre, los jóvenes religiosos agustinos recoletos aún en fase de formación dedican todos los años tres semanas al estudio y asimilación de las materias propias. En los centros oficiales de estudio reciben clase de Sagrada Escritura, teología y demás materias eclesiásticas. Las semanas de este encuentro de verano las dedican a reforzar los conocimientos de san Agustín y la historia y espíritu recoletos.
En Salamanca
Este año eran 32 y comenzaban el 30 de agosto, para terminar tres semanas más tarde; en concreto, el viernes 18 de septiembre. El lugar escogido era la monumental Salamanca; la casa, el antiguo teologado dedicado a Santo Tomás de Villanueva.
La primera semana se dedicaba a san Agustín. El ponente, como otras veces, era Enrique Eguiarte, que prosiguió con el ciclo temático que se desarrolla a lo largo de varios años. Esta vez tocaba las dos obras teológicas por excelencia: La Ciudad de Dios y La Trinidad. Durante cinco días, Eguiarte presentó las circunstancias y el esquema de cada uno de los escritos, y una selección de los principales textos, que entre todos leyeron y comentaron.
Ángel Martínez Cuesta
El segundo bloque suele reservarse para la historia de la Orden. Y así ha sido también ahora, con la única excepción de la mañana del lunes, en que el dominico Ricardo Carballeda dirigió una reflexión sobre La vida religiosa y la sociedad contemporánea.
A partir de la tarde de ese día, 7 de septiembre, tomó el relevo otro asiduo de estos veranos, el agustino recoleto Ángel Martínez Cuesta. Este año se le esperaba con singular expectación, al acabar de publicarse el tomo segundo de su Historia de los Agustinos Recoletos (Madrid, Avgvstinvs, 1098 pp). El volumen desmenuza la historia de la Orden en el siglo XIX y es fruto de toda una vida de investigación.
Nadie mejor que el propio autor para señalar las claves de lectura y líneas de interpretación de un texto tan complejo. Para el conjunto de la Iglesia, como para la Orden, el siglo XIX puede calificarse de funesto. Los jóvenes reunidos en Salamanca -los recoletos del siglo XXI- han tenido el privilegio de contrastar su vida y convicciones con figuras y circunstancias del pasado que, gracias al volumen que estrenaban, empiezan a salir a la luz.
Ejercicios
Quedaba la tercera semana, dedicada siempre a los ejercicios espirituales. Puede decirse que es la principal, por ser el momento de la asimilación, de la interiorización de todo lo acumulado en las semanas anteriores. Más lo era, incluso, esta vez en que expresamente se quería mostrar y poner a punto los mecanismos de la interioridad y la revitalización.
Labor tan delicada se le había encomendado a un reconocido especialista en teología espiritual, el sacerdote Saturnino Gamarra, profesor de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Vitoria. Y para ello se buscó el ambiente especialmente adecuado de la Residencia Villa Santa Mónica, la casa de espiritualidad que las Agustinas Misioneras tienen abierta en Becerril de la Sierra (Madrid).