El 28 de septiembre el calendario agustiniano hace memoria de los mártires de Japón, la mayor parte de los cuales fueron beatificados hace 150 años. La Orden de Agustinos Recoletos celebraremos esta efeméride de modo especial, y para ello ofrecemos, anexo, un material específico.
Hace 150 años
Los mártires del Japón beatificados en 1867, hace 150 años, formaban todo un batallón de 205 personas de diversa raza y condición. En él confluían personajes de distintas órdenes religiosas que habían sufrido martirio durante los primeros 30 años del siglo XVII. Varios de ellos pertenecían a la Orden de San Agustín, y habían sido martirizados en diferentes momentos.
Había también un grupo de agustinos recoletos que encabezaban los dos misioneros europeos: el español Francisco de Jesús, que era el superior, y Vicente de San Antonio, portugués.
Pero, junto con ellos, fueron también beatificados otros tres agustinos recoletos nativos, a los que Francisco de Jesús había admitido a la profesión: Kaida Hachizo, que en religión se llamará Lorenzo de San Nicolás; Yukimoto Ichizaemon, que será Agustín de Jesús María; y Sawaguchi Kuhioe, o Pedro de la Madre de Dios.
Éstos son dojukus o catequistas de Francisco y Vicente. Son tres jóvenes de cierta cultura, especialmente preparados para transmitir el Evangelio y las verdades de la fe. Los sacerdotes, extranjeros, administraban los sacramentos; los dojukus, que dominan la lengua, se encargan de la predicación y la catequesis.
Lorenzo, Agustín y Pedro fueron detenidos junto con Francisco y Vicente. Y sufrieron 10 meses de durísima prisión, pero no con ellos. Mientras los misioneros fueron trasladados enseguida a la cárcel de Omura, sus dojukus –junto con otros- permanecieron en la de Nagasaki, a unos 30 km. Y en Nagasaki serán ejecutados a golpe de catana el día 28 de octubre de 1630, dos años antes que sus padres espirituales, que se llenaron de júbilo al recibir la noticia.
Estos tres agustinos recoletos que el papa Pío IX beatificó hace 150 años, han pasado desapercibidos –hay que reconocerlo–. Y, ahora, la Orden quiere reparar ese olvido, para lo cual ha encargado a Santiago Bellido un cuadro que representa alegóricamente a los tres jóvenes dojukus. Quedará como el cuadro oficial de esta efemérides y garantía de la recuperación de los tres beatos japoneses.
Melchor y Martín, y los demás
Aquel grupo de agustinos y agustinos recoletos beatificados hace siglo y medio, forman el bloque principal de beatos que se conmemora cada 28 de septiembre. Pero a ese bloque se han ido sumando otros mártires cuyo proceso concluyó en años posteriores: de ellos, dos son agustinos recoletos, ambos españoles. Se llaman Melchor de San Agustín y Martín de San Nicolás, y fueron beatificados en 1989.
Melchor y Martín fueron quemados vivos en Nagasaki, igual que Francisco y Vicente, sólo que con tres meses de diferencia. Estos últimos mueren el día 3 de septiembre de 1632, después de tres años de cárcel y más de nueve de estancia en Japón. Melchor y Martín arriban a Nagasaki el 4 de septiembre, cuando aún no se habían enfriado las cenizas de sus hermanos; y allí son también pasto de las llamas el 11 de diciembre del mismo año.
Aún sin estar beatificados, integran también el batallón de mártires varios cientos de cristianos japoneses que dieron testimonio de fe con su sangre. Francisco y Vicente hacen recuento varias veces de los hermanos de la fraternidad seglar que han logrado la palma del martirio y se esmeran en transmitir sus nombres: tres terciarios decapitados en Nagasaki con Lorenzo, Agustín y Pedro; otros 67 que estaban con ellos en Omura y sufrieron martirio un mes antes, el 28 de septiembre de 1630; 300 más en diferentes lugares…
Magdalena
Fuera del grupo de la fiesta del 28 de septiembre queda sólo santa Magdalena de Nagasaki, terciaria agustina recoleta y patrona de la Fraternidad Seglar. Su proceso de canonización siguió un curso muy distinto, independiente de todos sus hermanos japoneses.