La actualidad que la vida y pensamiento de san Agustín tiene para los jóvenes de hoy sigue cobrando fuerza. La profunda experiencia existencial de Agustín, desde su juventud hace que muchas personas se sientan identificadas con esa insatisfacción, esa inquietud, esa constante búsqueda y esa pasión por la vida y la Verdad a partir del encuentro con Jesucristo. En esta sexta entrega de formación permanente 2018, Enrique Eguiarte presenta un acercamiento de san Agustín a los jóvenes, intentando ofrecer pautas que puedan ofrecer luz y esperanza a los ciudadanos de la ciudad de Dios del hoy y del mañana.
Más allá de los elementos cronológicos que san Agustín y su propio tiempo atribuían a las diferentes edades por las que transcurre la vida de un ser humano, Agustín identifica la juventud con un momento espiritual, con un estado del alma, en donde la vejez está marcada por el pecado. La juventud, por el contrario, procede de Cristo, de estar unido a él y a su vida. En estas páginas se presentan algunos elementos que el Obispo de Hipona reprocha y critica en los jóvenes, tanto maniqueos como paganos y donatistas, contraponiéndolos a las virtudes de los jóvenes cristianos, particularmente a las de aquellos que pueden renunciar a los bienes y placeres de este mundo para seguir a Cristo sin condiciones. Dado que para él la juventud es una forma de vivir la fe, se ofrecen una serie de elementos espirituales que caracterizan a quien es verdaderamente joven, según el pensamiento agustiniano. Hemos presentado el texto clásico del De ordine, subrayando que se trata de un texto dirigido a los adolescentes, es decir, a aquellos que se hallan en una etapa previa a la juventud. De igual manera se señala que este texto agustiniano puede aplicarse perfectamente a los jóvenes, no solo a aquellos que lo son en un sentido cronológico, sino sobre todo a quienes son jóvenes en el espíritu. De esta forma, el texto ha dado pie para desarrollar algunas características de lo que podría denominarse el ‘decálogo’ del joven agustiniano.