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Más de 40 agustinos recoletos entre los 5.500 sacerdotes del Congreso del Clero Filipino

En la asamblea, que ha visto reunidos en Manila a más de 5.500 sacerdotes de todas las diócesis, han participado figuras importantes de la Iglesia universal como el cardenal Claudio Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero, y el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia. “Sólo en Filipinas puede uno contar con este número de sacerdotes en una sola reunión”, comentó Cantalamessa en el “World Trade Center” de Manila ante los miles de sacerdotes reunidos.

En cinco días de escucha, reflexión, oración y debate sobre el tema “Fidelidad a Cristo, fidelidad al sacerdocio”, la Iglesia filipina trazó la identidad del sacerdote llamado a dar testimonio de Cristo en la historia actual, en particular en Filipinas, con sus problemas, desafíos y contradicciones. Desde el 25 de enero se trabajó en una dinámica de “congreso-retiro” donde se combinaban actividades de oración y liturgia, conferencias, reflexión por grupos y apuntes personales, así como encuentros con las familias donde se alojaron los sacerdotes que vinieron de las distintas islas.



El Año Sacerdotal “ofrece a todos los sacerdotes la posibilidad de profundizar y reforzar su propio discipulado en el seguimiento de Cristo”.
Nuevas tecnologías

El pueblo filipino siguió el desarrollo del congreso a través de Internet y, sobre todo, de la prensa que diariamente publicaba en sus portadas las actividades de cada día. La penitencia y el sacramento de la reconciliación llamó la atención porque había más de cinco mil hombres confesándose entre sí. También fue notable la repetida mención del nombre de san Agustín. Casi todos los conferenciantes citaron varias veces al obispo de Hipona en sus distintas ponencias.

El Año Sacerdotal “ofrece a todos los sacerdotes la posibilidad de profundizar y reforzar su propio discipulado en el seguimiento de Cristo”, subrayó el cardenal Hummes en su intervención. La asamblea delineó la figura de un sacerdote atento a las necesidades espirituales de los fieles y la vida sacramental antes que nada, pero también que sepa beber del “depósito de la Eucaristía” para una vida de compromiso ético y social que ofrezca un punto de referencia luminoso en la sociedad filipina, tan necesitada de valores como la honradez, la transparencia, la reconciliación, la paz y la solidaridad. No se puede descuidar además la llamada a evangelizar a través de las nuevas tecnologías e Internet, en referencia al reciente mensaje del Papa Benedicto XVI. El sacerdote de hoy reza, escucha, dialoga y escribe también con el mouse.



Luis Antonio Tagle, Obispo de Imus.
Lágrimas

El segundo congreso concluyó con la Eucaristía en el “Cuneta Astrodome”, un gimnasio con capacidad para 15.000 personas. Fue todo un espectáculo contemplar a miles de sacerdotes, con su alba y su estola, caminando poco más de un kilómetro por la avenida principal de la ciudad desde el “World Trade Center” hasta el gimnasio. Pero más impresionante aún fue la misa presidida por el cardenal Gaudencio Rosales, con el pueblo de Dios y sus sacerdotes. Muchos concelebrantes lloraron cuando los fieles, estando de pie, rezaron por sus presbíteros, de rodillas después de la comunión.

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