Pensamiento del Dec 26

Así, pues, Adán descendió y cayó en manos de los ladrones, porque todos somos Adán. Pasó el sacerdote, y no hizo caso; pasó el levita, y no hizo caso, porque la ley no podía curar. Pasando el samaritano, no nos menospreció: nos curó, nos cargó en sí mismo, en su carne nos llevó al hostal, es decir, a la Iglesia, y entregó al hostelero dos denarios: la caridad de Dios y el amor al prójimo.

Enarrationes in psalmos 125,15


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