Confessiones VIII, 5,12
Pensamiento del Feb 04
No tenía nada que replicaros cuando me decíais: Levántate tú que duermes, deja el lecho de los muertos, y Cristo te alumbrará. Y, persuadido por todos los lados de que me decías la verdad y convencido por ella, no tenía para responderos sino sólo estas palabras lentas y soñolientas: «En seguida; ahora voy; déjame un poco todavía». Pero no llegaba nunca aquel «en seguida», «luego voy», y aquel «dejadme un poco todavía» iba a la larga.