Desde hace años, es la celebración oficial del Corpus en la diócesis de Cachoeiro de Itapemirim. Está incluida en el calendario cultural del estado de Espíritu Santo. Aspira a ser oficialmente incluida en el top ten de las fiestas religiosas de Brasil. Cuando está a punto de celebrar sus bodas de oro, la procesión del Corpus de Castelo se ha convertido en una atracción a nivel nacional.
En esta pequeña ciudad del sudeste de Brasil, situada a 143 km de la capital del estado, Vitoria, y 330 de Rio, el Corpus Christi se celebró este año, como en todo Brasil, el jueves 23 de junio. Desde el día anterior, y durante toda la noche, una multitud de colaboradores estuvo confeccionando los tapices que recorren las calles adyacentes a la parroquia de Nuestra Señora de la Peña. Al día siguiente, en la parroquia se tuvieron misas concurridísimas a partir de las siete de la mañana. A las 16:00 horas era la principal, la que preside el obispo. Este año, al estar la sede vacante, ha sido el administrador diocesano, Antônio Tatagiba, el encargado de celebrar la eucaristía, y encabezar la procesión que tiene lugar a continuación. Una y otra fueron íntegramente transmitidas por la cadena regional de televisión GazetaTV.
50 años de tapices recoletos
Esta parroquia, la única de Castelo hasta tiempos muy recientes, cumple este año los 60 de existencia y desde el principio ha sido regentada por los agustinos recoletos. A comienzos de los años 60, y por iniciativa de la hermana Zuleide, de las Hijas de la Caridad, se hizo un pequeño tapiz con motivos geométricos que marcaba una de las paradas de la procesión del Corpus. En 1964, con el apoyo del párroco, el agustino recoleto José Osés, se confeccionó un tapiz en el centro de la ciudad. Al año siguiente ya fueron varias las calles del recorrido que se decoraron con tapices.
Hoy día es algo espectacular. Son cientos de personas las que intervienen, confeccionando un colorido alfombrado de más de un kilómetro de longitud. Los diseños se trabajan prácticamente durante todo el año, con motivos sumamente variados, que van desde los símbolos y lemas religiosos –especialmente eucarísticos a los eslóganes de tinte social o ecológicos. Se sirven para plasmarlos de todo tipo de materiales: papel, tela, plástico, flores, arena, piedras, serrín, tapas de botellas…
Y, de vez en cuando, sorprenden alusiones a la historia agustino-recoleta de la parroquia y la ciudad: la mención de fray José Osés, que fue párroco aquí muchos años, o a fray Manuel Simón, que da nombre a una organización cultural muy dinámica en Castelo. Éste de los tapices eucarísticos es un arte colectivo y efímero, destinado a ser hollado por el Santísimo Sacramento. Los proyectos y preparativos de muchos meses, el esfuerzo de toda la población, las ayudas del ayuntamiento y la parroquia, todo se ofrenda ante el Señor sacramentado que pasea por las calles de Castelo y bendice a sus gentes.