Las obras de construcción de la nueva catedral continúan avanzando. El obispo agustino recoleto de Chota, Mons. Fortunato Pablo Urcey, se muestra esperanzado.
En marzo de 2016, la Catedral de Chota (Cajamarca, Perú) tuvo que ser demolida debido a que se encontraba en muy mal estado y suponía un riesgo para la población. El derribo vino acompañado de un proyecto de nueva catedral, que se levantaría en el mismo lugar donde se encontraba la anterior. Desde entonces, la Prelatura de Chota -encomendada a los Agustinos Recoletos- sueña con ver concluida la nueva casa de la fe. Para ello queda cada vez menos.
Las obras de construcción continúan avanzando a buen ritmo. Ya está concluida la cubierta, terminando así una de las fases más importantes del proyecto. «Estamos contentos con el avance de la obras, aunque todavía falta mucho», afirma el obispo agustino recoleto de Chota, Mons. Fortunato Pablo Urcey. El prelado está siguiendo muy de cerca las obras del que será «el centro religioso más importante de la Prelatura».
Mons. Fortunato reconoce que aun «faltan muchos detalles», como, por ejemplo en fachada, que necesita remates «en ambos paños de las torres y también en el centro, que esperamos poder construirlo de piedra». Mientras dice esto, el obispo agustino recoleto recuerda las palabras del poema de Unamuno que la Prelatura está utilizando como lema de la nueva catedral: «A la gloria de Dios se alzan las torres».
Además del obispo, está siguiendo la evolución su creador: el arquitecto italiano Pierre Angelo Dima di Monde. Junto a ellos, el grupo de constructores y albañiles -todos originarios de Chota-, que están levantando el majestuoso edificio. Además de estos, miles de personas que con su aportación están haciendo posible el sueño de los chotanos: una nueva catedral, que además albergue la imagen de su patrona. «Va a tener un lugar privilegiado, habrá un camarín para que la gente pueda subir y venerar de cerca la imagen», dice Mons. Fortunato.