A LA FAMILIA AGUSTINA RECOLETA
Estimados hermanos y hermanas:
Con gratitud y esperanza celebramos el 5 de diciembre el Aniversario de la Recolección agustiniana. Después de 432 años sigue latente en nuestros corazones la inquietud de aquellos hermanos que en el Capítulo de la Provincia agustiniana de Castilla manifestaron su deseo de vivir con pobreza, oración y servicio apostólico una vida más evangélica.
La fuerza de la historia de la Orden se expresa en su capacidad de generar cambios. El carisma que hemos recibido es una fuerza transformadora que nos lleva a confrontarnos, a través de los relatos, con la vida de aquellos hermanos y hermanas que abiertos al Espíritu lo iniciaron viviendo con pasión su unión con Cristo. Ellos hicieron del carisma un camino de entrega y santidad.
Exhorto a toda la Familia Agustina Recoleta –religiosos, religiosas, fraternidades, jóvenes JAR–, a responder con alegría a la llamada del Señor y a renovar nuestro compromiso de entrega y servicio. Una renovación que no sea meras palabras, sino un proyecto de vida y misión que se hace oblación de amor en la vida de cada día.
En el contexto de este tiempo de Adviento, en que deseamos la venida del Señor, os invito a recordar las palabras de san Agustín: “Tengo miedo de que Jesús pase y yo no me dé cuenta” (Sermones, 88,14,13). El Señor pasa por nuestra vida, abramos hoy el corazón y preparemos su camino.
La pandemia del COVID-19 ha suscitado la incertidumbre en todos los países y nos hace sentir a todos más vulnerables. No podemos dejar de percibir el clamor de los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, multitud de personas que pasan necesidad. Unidos a Cristo, todos tenemos la urgente misión de contagiar vida y esperanza en nuestras comunidades, en nuestras familias y en los ministerios que atendemos; todos tenemos que ver y ayudar al cercano y al extraño que esta malherido al borde del camino. Unamos nuestra oración en el dolor por los hermanos que han muerto en el camino.
Les pido que recemos por todas las misiones de la Familia Agustina Recoleta, especialmente por aquellos lugares donde hay mayor dificultad y pobreza. Confiemos en la fuerza de la oración y en la misericordia del Señor.
Que la celebración del Aniversario de la Recolección nos disponga para la Navidad y que la presencia del Dios hecho Niño en Belén llene nuestros corazones y nuestras vidas de paz, esperanza y alegría.
Roma, 3 de diciembre de 2020.
Miguel Miró
Prior General