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De Mar del Plata a Cafayate

El obispo agustino recoleto Mons. Darío Rubén Quintana fue recibido cariñosamente en la Prelatura de Cafayate, donde ejercerá a partir de ahora su episcopado.

Casi 1.800 kilómetros separan Mar del Plata de Cafayate. Es la distancia que ha recorrido el obispo agustino Mons. Darío Rubén Quintana para asumir su nuevo ministerio como obispo de la Prelatura de Cafayate. El prelado ha dejado su tarea como obispo auxiliar de Mar del Plata y ha comenzado un nuevo desafío al frente de la misión del norte de Argentina, que desde 1970 está encomendada a la Orden de San Agustín.

El sábado 11 de junio, Mons. Darío Quintana tomó posesión de la Prelatura de Cafayate en una multitudinaria celebración en la catedral de Nuestra Señora del Rosario. Junto a él estuvieron las autoridades y los fieles de Cafayate, así como religiosos agustinos y agustinos recoletos; entre ellos, el obispo auxiliar de San Juan de Cuyo y administrador apostólico de San Rafael, monseñor Carlos María Domínguez, y el Vicario provincial en Argentina, Daniel Medina. Junto al nuevo prelado, concelebraron la eucaristía el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello y padre Pablo Hernando Moreno, hasta ahora administrador apostólico de la Prelatura.

Después de la lectura del nombramiento, el obispo tomó su lugar en la cátedra y continuó presidiendo la celebración, que se celebró en el exterior de la Catedral. Junto al altar se situó la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la Prelatura. Mons. Quintana señaló que «vivimos la alegría de estar en comunión, de ser la Iglesia de Jesús» y, recordando a San Agustín, indicó que «estamos invitados, a imagen de la Trinidad, a construir juntos una comunidad fraterna, abierta y empática, donde podamos vivir de manera auténtica la comunión en el amor».

«Asumo -dijo- esta tarea encomendada por el papa Francisco, a quien agradezco su elección pastoral con un corazón confiado y emocionado al mismo tiempo». Apuntó también que «en el obispo, rodeado por sus presbíteros en cada Iglesia particular, está presente en medio de ustedes el mismo Señor Jesucristo, sumo y eterno sacerdote». El obispo animó a la comunidad a caminar juntos, a ser generosos y a seguir ayudando ante la pobreza.

Una misión agustiniana

Mons. Darío Rubén Quintana es el quinto obispo prelado de la Prelatura de Cafayate. Le han sucedido en la labor episcopal cuatro obispos prelados agustinos: Diego Gutiérrez Pedraza, Cipriano García Fernández, Mariano Anastasio Moreno García y Demetrio Jiménez Sánchez-Mariscal. La Prelatura está estrechamente unida al carisma agustiniano. Fue erigida el 8 de septiembre de 1969 con la bula Praeclarisima exempla del papa Pablo VI separando territorio de las arquidiócesis de Salta y de Tucumán y de la diócesis de Catamarca.

​Desde sus inicios hasta la actualidad, ha sido una misión encomendada a la Orden de San Agustín. La prelatura territorial comprende tres departamentos de la provincia de Salta; Cafayate, Molinos y San Carlos; uno de la provincia de Tucumán: Tafí del Valle. En total, 46.000 km2 en los que hay apenas ocho parroquias.

«Que todos sean uno»

Mons. Darío Rubén Quintana fue nombrado obispo en noviembre de 2019. Un mes más tarde, el 28 de diciembre de 2019, fue ordenado obispo y tomó posesión como obispo auxiliar de la diócesis de Mar del Plata. Como lema de su episcopado tomó una frase del Evangelio de San Juan: «Que todos sean uno».

El prelado nació en Buenos Aires en 1971 aunque siendo pequeño se mudó con su familia a Mar del Plata. Allí estudió con los Agustinos Recoletos y decidió ser religioso. Fue ordenado sacerdote en 1997 y, entre otros, ha ejercido el servicio de Vicario provincial en Argentina.

Fotografías: Prelatura de Cafayate

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