La devoción a la Virgen con el título del Socorro apareció en los primeros años del siglo XIV en la iglesia de San Agustín de Palermo, desde la cual se difundió a toda la Orden, de modo especial a Italia, España y América Latina. En la primitiva representación iconográfica, sobre todo en Italia, la Virgen del Socorro aparecía con el Niño en brazos, en actitud de expulsar al demonio con un bastón. Posteriormente la iconografía varía mucho de país a país y de época a época.
La Orden introdujo la memoria de la Virgen del Socorro en su liturgia el año 1804.