Pensamiento del Apr 23

Reconoce que tú no eres luz para ti; a lo mucho, eres ojo, no eres luz. ¿Qué aprovecha el ojo abierto y sano si falta la luz? Di, pues, y clama lo que está escrito: Tú, Señor, iluminarás mi lámpara.

Sermo 67, 8.


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