De Civitate Dei XXII, 24, 4.
Pensamiento del May 25
Pues la maravillosa agilidad que se dio a la lengua y a las manos tan acomodada y conveniente para hablar y escribir y para llevar a cabo obras de tantas artes y oficios, ¿no muestra cuán excelente cuerpo se ha adaptado a tan excelente alma?