De libero arbitrio II, 16,43
Pensamiento del Nov 19
¡Ay de los que se apartan de tu lumbre y se acuestan dulcemente en la oscuridad! Porque dándote, en cierto modo, las espaldas a ti, se apegan a las obras carnales como a su sombra, y, aun allí, sus mismos deleites son efluvios resplandecientes de tu luz. Mas, cuando se ama la sombra, pierde su vigor la vista de los ojos del espíritu y se hace cobarde para avistarse con tu rostro. Por eso, cada vez más, el hombre se cubre de tinieblas mientras busca con agrado lo que sienta mejor a los flacos.