Pensamiento del Sep 30

Tú me pusiste la ley. Tú, más interior que lo más íntimo mío, dentro, en el corazón, me pusiste la ley con tu Espiritu, como con tu dedo, no para que la temiese, como siervo sin amor, sino para que la amase con casto temor de hijo y la temiese con amor casto.

Enarrationes in psalmos 118, S 22,6


X