El beato Juan (Mantua, hacia 1169 – Mantua 16 de octubre de 1249) de joven se dio a la vida alegre, como juglar de corte. Pero en cumplimiento de un voto que había hecho durante una grave enfermedad, hacia 1210 se retiró a la soledad eremítica. Muy pronto se corrió su fama por la región y se le unieron no pocos discípulos. Así nació la Orden de los Hermanos de Juan Bueno o Juanbonitas, en Botriolo (Cesena). Sus restos mortales se conservan en la catedral de Mantua. Juan brilló por su espíritu de penitencia, confianza en Dios y amor a la Iglesia. Su familia religiosa confluyó en la Orden agustiniana en la Gran Unión de 1256. Sixto IV permitió su culto con la bula «Licet Sedes Apostolica» del año 1483, y, en consecuencia, su nombre fue inscrito en el martirologio romano. En 1672 se concedió a la Orden facultad para celebrar su culto.
Con esta celebración se quiere recordar el periodo del eremitismo de la Orden (siglos XII y XIII) que cabe consider como su prehistoria.