Santa Magdalena de Nagasaki, virgen y mártir

Magdalena (Nagasaki, 1611 – 1634) era hija de cristianos martirizados por su fe. Se consagró a Dios guiada por los beatos Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio, agustinos recoletos, quienes la recibieron en la Orden como terciaria. Tras el martirio de Francisco y Vicente (1632), se retiró a los montes, desde donde ayudaba e instruía en la fe a los cristianos perseguidos. En septiembre de 1634 con ánimo de sostener la fe vacilante de muchos cristianos ante la persecución, se entregó voluntariamente a los jueces, proclamándose cristiana. Fue cruelmente torturada, pero permaneció firme en su fe. Por fin, fue condenada al tormento de la fosa. Más de trece días aguantó esta heroína de la fe suspendida por los pies de una horca que se alzaba sobre una fosa casi herméticamente cerrada antes de morir ahogada por el agua.

Su martirio causó gran admiración. Beatificada en 1981, fue canonizada por Juan Pablo II el 18 de octubre de 1987. En 1989 fue declarada patrona de la fraternidad secular agustino-recoleta.

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