San Fulgencio vivió en África del Norte a caballo de los siglos V y VI, en una época de crisis social y persecución religiosa. La floreciente sociedad romana de África del Norte se desmoronaba día a día ante los golpes de los vándalos y en su ruina arrastraba consigo a la Iglesia. A Fulgencio le tocó hacer frente a tanta ruina. Sin alcanzar las cumbres de los grandes padres del siglo IV, estuvo a la altura de las circunstancias y con la santidad de su vida y la luz de su doctrina se convirtió en guía de obispos, monjes y laicos. “Fue el teólogo más grande y el obispo más santo de su tiempo” (Bossuet).
Año de documento: 2008.
Autor: Martínez Cuesta, Á.
ESPAÑA