El cardenal Re está ligado a la Orden como Hermano General. Un título que los Agustinos Recoletos le concedieron en su último Capítulo General celebrado el año 2004 en Roma y por el que le hicieron partícipe de los bienes espirituales de la Orden.
Los claustros del monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, bullen de actividad en estos días. A la comunidad de Agustinos Recoletos que habitualmente reside aquí se han sumado 14 obispos de la Orden, que celebran un encuentro en la Casa de Espiritualidad ubicada en el tercer piso del convento. También han venido desde Roma los miembros del Consejo General y desde otros lugares del mundo los ocho provinciales con sedes en España, Colombia, Brasil, Estados Unidos y Filipinas.
El cardenal, con una gran sonrisa y una amabilidad familiar, nos promete unos minutos después de su encuentro con los obispos. Dispone de muy poco tiempo porque luego tiene que presidir una eucaristía muy especial para la Orden. Celebran el primer encuentro de sus obispos, el 420 aniversario de la Recolección, la clausura del año vocacional y el centenario del Capítulo de San Millán que les dio un nuevo impulso agustiniano y misionero.
Elegimos un rincón recoleto y familiar de la Casa de Espiritualidad para nuestro encuentro. El castellano de Su Eminencia es muy bueno aunque insista en que corrijamos los errores que pueda cometer. Habla con firmeza y acompaña cada una de sus expresiones con movimientos de las manos y una mirada confiada y familiar.
P.- Eminencia, ¿cuánto tiempo va a estar con nosotros en España?
R.- Sólo un día y medio porque he venido exclusivamente para este encuentro con la Orden de los Agustinos Recoletos, que está conmemorando los cien años del Capítulo General, que se celebró en este mismo lugar. Un capítulo que ha dado nuevo vigor a la Orden y que le ayudó a renovarse.
P.- Su llegada coincide con la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal ¿tiene previsto algún encuentro con los obispos españoles?
Para visitar a la Iglesia española he venido en otras ocasiones. Esta vez el viaje es muy rápido, apenas de un día y medio, única y exclusivamente para asistir a este encuentro organizado por los Agustinos Recoletos con ocasión de este centenario. He venido a título personal por la amistad que tengo con esta Orden. Una Orden que conozco desde hace 40 años, cuando yo estaba en Panamá. Allí encontré una comunidad de agustinos recoletos que estaba a un paso de la nunciatura, justo enfrente, y allí nació mi amistad con algunos de ellos. Una amistad que ha ido creciendo. Mi viaje es exclusivamente por este motivo. He venido directamente aquí, a San Millán, y cuando termine la misa regreso directamente a Roma. No se trata de una visita oficial sino de una visita familiar a unos amigos, los Agustinos Recoletos.
Cardenal Re: “De San Agustín la cosa que impresiona más en las conferencias del Papa es la búsqueda de la Verdad”. Obispos de los pobres
P.- Los Agustinos Recoletos son 1.200 religiosos y cuentan con 20 obispos (1,6% de sus miembros). Es un porcentaje relativamente alto ¿a qué es debido?
R.- Yo diría que la proporción es muy elevada porque, aunque hay congregaciones y órdenes que tienen más obispos que los Agustinos Recoletos, hay que tener en cuenta que se trata de instituciones con muchos más miembros. Yo pienso que el hecho de que una Orden con 1.200 religiosos tenga 20 obispos se debe a dos motivos. Primero porque los agustinos recoletos tienen en América Latina algunas prelaturas, y eso significa que aceptaron en el pasado unos lugares muy pobres donde no había religiosos y donde ellos han trabajado con gran generosidad. Como en estas prelaturas los sacerdotes son todavía pocos y las vocaciones diocesanas son todavía muy jóvenes, es normal que para obispos se haya pensado en ellos. Además, son excelentes obispos. Y esto obedece a un segundo motivo: en el conjunto de esta Orden hay personas que se distinguen por la espiritualidad y también por la preparación cultural. Hay personalidades que son verdaderos líderes religiosos. También diría que la mayoría están en América Latina. En Estados Unidos había uno y, de momento, no hay otros obispos de la orden agustiniana.
Laicos
P. Monseñor Omella, obispo de Logroño, dijo aquí el otro día que los obispos europeos y las Iglesias del viejo continente tienen que mirar a América y aprender a que los laicos vayan tomando responsabilidades reales, también en las celebraciones litúrgicas ¿está de acuerdo?
R.- Es verdad que en América Latina hay muchos laicos que se sienten comprometidos, que deciden ayudar a la Iglesia. En Europa también hay un cierto número de ellos, pero en proporción puede ser que en América Latina sean más los laicos que verdaderamente ayudan a la Iglesia y son una gran ayuda para los sacerdotes. Pensamos que los catequistas que ayudan en las diferentes parroquias y, en general, el apostolado de los laicos, es hoy muy importante. El Concilio Vaticano II así lo recoge y eso está muy bien.
San Agustín
P. Benedicto XVI ha pronunciado varias catequesis sobre san Agustín. ¿Qué es lo que más le llama la atención de la figura de este Padre de la Iglesia?
R.- De san Agustín la cosa que impresiona más en las conferencias del Papa es la búsqueda de la Verdad. San Agustín ha buscado la verdad y por eso la pureza de la doctrina. Evidentemente era un hombre que tenía una visión muy amplia, por eso san Agustín es uno de los grandes padres de la Iglesia. Un padre también muy leído, con una inteligencia enorme.
Elección de obispos
P.- La tradición de la Iglesia nos habla de la elección de obispos por aclamación de la asamblea (es el caso de san Agustín) ¿en qué medida participa hoy la comunidad en estas designaciones?
R.- Si nos fijamos en el origen, en cómo fue elegido el primero para sustituir al apóstol Judas fue muy simple. La comunidad se reunió y rezaron. Los apóstoles dijeron que tenía que ser uno de entre aquellos que desde el principio había pertenecido a la comunidad y había seguido a Jesucristo. Después señalaron a las personas que podían participar de esa suerte y la suerte cayó sobre Matías. La cosa fue muy simple. Después sí, en los primeros siglos eran más bien las comunidades. Ahora el nombramiento está hecho por el Papa, pero el primer paso es siempre una consulta en los lugares donde no hay prelado. Se pregunta a los obispos de la región y a algunos sacerdotes, pero también se consulta siempre a algunos laicos, sobre todo a aquellos que están más implicados en la dirección de movimientos, a religiosas y religiosos. Depende de cada caso, pero siempre se oye el parecer de los laicos que hacen sus sugerencias y que son tenidas en cuenta y son de mucha utilidad.
Amenaza de muerte
P.- Monseñor Azcona, agustino recoleto obispo de Marajó, ha sido amenazado de muerte ¿conoce el caso?
R.- No tengo conocimiento del caso pero no me extraña que esté amenazado porque le ha pasado a más de un obispo. Normalmente estas amenazas se producen por el trabajo que desarrolla el obispo, sobre todo en el plano social, en el plano humano. Algunas veces la labor que desempeña el obispo está mal vista por los que están en otros caminos y buscan frenarlos amenazándolo. ¿Por qué está amenazado?
P.- Porque ha denunciado los abusos en el uso de las tierras y el tráfico de mujeres para la explotación sexual.
R.- Los casos de obispos amenazados no son del todo raros y están amenazados porque han cumplido con su deber y han defendido los derechos de las personas, los derechos de las personas más débiles. Pero nuestros obispos han manifestado gran fuerza soportando estas amenazas y continuando en la defensa de los valores evangélicos y de los derechos humanos.
El cardenal mira el reloj. Coincidimos en que se hace tarde y va con el tiempo justo. Mientras recogemos comentamos lo que supondrá la Jornada Mundial de la Juventud y asegura que está convencido de que España sabrá organizarla muy bien y que reportará beneficios espirituales para todo el país. Agradece con su sonrisa la entrevista y solicita, sin necesitarlo, que seamos benévolos con su castellano.