El sacerdote agustino recoleto Sebastián López de Murga Sojo, motivado por la vida de Ezequiel Moreno y conmovido por la súplica de muchas personas que acudían a él para que intercediera por la sanación de su enfermedad o la de un familiar enfermo, el 15 de abril de 1976, Jueves Santo, ante Jesús Sacramentado es inspirado por Dios para fundar una obra en favor de los enfermos más pobres, especialmente de los que sufren el flagelo del cáncer. De esta forma nace la Fundación San Ezequiel Moreno.
Para dar continuidad a la obra, asegurar su completo desarrollo, ser la depositaria de la mística, del espíritu y del carisma, el padre Sebastián fundó el 18 de enero de 1985 la congregación religiosa de Hermanas Agustinas Recoletas de los Enfermos (ARE) en una casa alquilada en el barrio la Soledad, en Bogotá, dedicadas totalmente al apostolado con los enfermos llevándoles consuelo, cariño, amistad, ayuda económica, pero primordialmente auxilio espiritual.
Expansión
A principios del año de 1988, gracias a sus dotes de buen administrador, el padre Sebastián adquiere recursos especiales y compra unas casas en el barrio Muequetá (Bogotá), donde es trasladada la fundación el 14 de septiembre de ese año. Más tarde allí se construiría la sede nacional de la fundación y la casa que habitarían las hermanas ARE fundadas por él.
El 11 de octubre de 1992, en Santo Domingo, con motivo de los 500 años de evangelización en América, el Papa Juan Pablo II canonizó a Ezequiel Moreno, obispo de Pasto, Colombia, y lo consideró como modelo de pastor.
En diciembre de 1998 el sacerdote agustino recoleto William Muñoz es nombrado asistente auxiliar del padre Sebastián en la Fundación San Ezequiel Moreno.
En la mañana del 3 de mayo de 1999 el padre Sebastián López de Murga deja esta tierra para entrar en el banquete del Señor. Sus restos fueron llevados al Desierto de la Candelaria, Ráquira (Boyacá), donde se encuentra el cementerio de la Orden de Agustinos Recoletos.
Agustinas Recoletas de los Enfermos
Desde entonces la hermana Irma Pinzón Vélez, siguiendo el espíritu del fundador, toma las riendas de esta obra. En el año 2006 será la hermana Sofía López Acosta quien asuma la presidencia de la fundación a nivel nacional hasta que en 2008 es nombrado el actual presidente, Rafael Barragán, un laico comprometido con Dios y con esta obra. En este mismo año a partir de febrero fue nombrado asesor espiritual nacional el también agustino recoleto José Andrés Zambrano Rodríguez.
Con el deseo de fortalecer la unidad se ha organizado por regionales, con el fin de que cada una se sienta acompañada y respaldada por las seccionales que le quedan cerca, y de brindar acompañamiento a los voluntarios y a los colaboradores de la obra. También se organizó el servicio de la seccional Bogotá por comités con las voluntarias, apoyadas por las Hermanas.