El proceso diocesano de la causa de canonización de monseñor Gallegos se inició en Sacramento (California, Estados Unidos) el 4 de diciembre de 2005 y concluyó el 4 de noviembre de 2006. La Congregación de las Causas de los Santos en Roma concedió el decreto de validez el 4 de julio de 2008, declarando su condición de “Siervo de Dios”.
Ahora, el cuerpo será trasladado a una nueva tumba más segura y digna para un siervo de Dios. Esto permitirá a los fieles tener mayor acceso a su tumba para pedir su intercesión.
El acto de traslado a la nueva tumba comenzará el próximo 27 de marzo con una vigilia de oración a las 10 horas y continuará con una misa especial para el traslado del cuerpo, que será presidida por el obispo Jaime Soto.
Hacia la canonización
El próximo paso del proceso de canonización es el extenso documento, ahora en preparación, que se conoce como Positio super virtutibus. Es la presentación formal que atestigua las virtudes del obispo Gallegos. Una vez comprobadas y aprobadas, hace falta un milagro por la intercesión del siervo de Dios para su beatificación y otro milagro para que sea declarado santo.
El padre Eliseo González, agustino recoleto copostulador de la causa de canonización, ha declarado recientemente a un diario norteamericano que "son ya muchos los favores atribuidos a la intercesión del obispo Gallegos".
El padre González ha estado entrevistando a personas que han orado por la intercesión del obispo y, a pesar de que aún no tiene documentadas las gracias concedidas, destacó el entusiasmo, la familiaridad y la alegría con las que los fieles le contaron historias relacionadas con el obispo.
Un obispo entregado a los hispanos y a los pobres
Monseñor Alfonso Gallegos era conocido por su extraordinaria dedicación a las necesidades de los hispanos y de los pobres. El obispo agustino recoleto ejerció su ministerio pastoral con alegría y esperanza entre los más necesitados, trabajó especialmente con los inmigrantes, los ancianos y los jóvenes. Dedicó mucho tiempo para la formación de los jóvenes, sobre todo a los “low riders”.
El obispo Gallegos fue párroco de Nuestra Señora de Guadalupe de Sacramento durante siete años tras su ordenación episcopal, y permaneció en la residencia de la parroquia durante sus años como obispo auxiliar y vicario general de la diócesis.
El 6 de octubre 1991, después de haber cumplido sus tareas pastorales, el obispo Gallegos falleció al ser atropellado por un coche mientras se disponía a ofrecer ayuda a otro conductor cuyo vehículo había sufrido una avería. Con su muerte, sus fieles perdieron a un hombre piadoso y a un obispo entregado a su ministerio.