Actualidad

Cizaurre: “Los obispos estamos preocupados por la violencia, el tráfico de personas y la Amazonia”

Monseñor Cizaurre nos recibe con amabilidad en la Curia General de los Agustinos Recoletos de Roma y comparte con sencillez su experiencia en el sitio web de la Orden.

P.- ¿Qué supone para usted una visita "ad limina"?
R.- La visita Ad Limina Apostolorum es siempre un acontecimiento de especial importancia, no sólo para los obispos sino también para las iglesias que representan. Esta visita, aunque ha durado una semana, ha sido intensa. Además de las dos audiencias con el Santo Padre hemos celebrado la eucaristía en las grandes basílicas romanas, hemos tenido la oportunidad de mantener audiencias en seis congregaciones y tres consejos pontificios. Es verdad que en algunas congregaciones las reuniones no han aportado mucha cosa a nuestras preocupaciones pastorales, pero al menos hemos compartido nuestras visiones sobre la Iglesia.

P.- ¿Qué destacaría del saludo que usted, en nombre de los obispos de la Región II de Brasil, ha dirigido al Santo Padre en la visita "ad limina"?
R.- Hemos procurado ser breves. Después del saludo de costumbre le hemos manifestado nuestra solidaridad ante los ataques que viene sufriendo por algunos medios de comunicación. No hemos querido dejar de manifestar con alegría el camino pastoral recorrido en nuestras iglesias, sustentado por las comunidades eclesiales de base y el aumento de las vocaciones diocesanas en nuestra Regional.

Pero también hemos querido expresarle nuestras preocupaciones, como por ejemplo: la violencia por causa de la propiedad de la tierra, la explotación sexual de menores de edad, el tráfico de personas, y los grandes proyectos del gobierno y de las empresas multinacionales que, sin ningún respeto por el medio ambiente ni por el pueblo de la Amazonia y marcados por el único objetivo del lucro, se llevan la riqueza y dejan la pobreza.

Una misa al año

P.- ¿Qué nos puede decir de lo que les ha dicho el Papa?
R.- Nos habló de la centralidad de la eucaristía en la vida de la Iglesia y de la importancia de continuar el anuncio de Jesucristo sin el cual no hay liturgia cristiana. Precisamente el tema de la eucaristía fue tratado por obispos de la Regional en algunas congregaciones colocando la problemática que se vive en la Amazonia, donde existen muchas comunidades cristianas que sólo tienen eucaristía una o dos veces por año. Entre todas las diócesis y prelaturas de la Regional debe haber aproximadamente unas 7.000 comunidades eclesiales de base que están viviendo esa situación. Aunque existen algunas iniciativas interesantes, todavía no tenemos respuesta a este problema.

P.- El Papa hizo alusión a que dentro de un mes se celebrará en Brasilia el XVI Congreso Eucarístico Nacional, ¿qué importancia tiene este acontecimiento para el pueblo brasileño?
R.- Al final de su discurso Su Santidad, Benedicto XVI hizo mención al XVI Congreso Eucarístico Nacional que se celebrará en el próximo mes de mayo en Brasilia, deseando que a través de este acontecimiento la Iglesia de Brasil renueve su compromiso con el Sagrado Corazón de Jesús.

P. ¿Cuáles son los problemas más preocupantes y las esperanzas de la iglesia de la Región Amazónica del Nordeste de Brasil?
R.- Para mejor entender las preocupaciones de los obispos de la Regional Norte II, estados de Pará y Amapá, podemos dividirlas en dos tipos: pastorales y sociales. En lo pastoral, creo que la mayor preocupación es continuar la evangelización con insistencia en su dimensión misionera. Como nos dice el documento de Aparecida, se hace necesaria una verdadera conversión pastoral, pasando de una pastoral de mantenimiento a una pastoral impregnada por el espíritu misionero. En este sentido, es fundamental implicar a los laicos y preocuparse por su formación para que realmente sean verdaderos agentes de evangelización.

Clero diocesano

Como somos iglesias tradicionalmente atendidas por religiosos y con pocos sacerdotes diocesanos, los obispos de la Regional estamos preocupados y ocupados con la formación del clero diocesano, sobre todo ahora en que, además de ser pocos, las órdenes y congregaciones religiosas están retirando sus comunidades de aquellas diócesis y prelaturas.

La cuestión económica también es causa de preocupación. Nuestras iglesias, sin excepción, son pobres y, aunque hemos dado algunos pasos importantes en el sustento de las parroquias con la instalación del diezmo, sin embargo, en las diócesis o prelaturas todavía se vive de recursos de entidades de fuera del país. Pero no todo son preocupaciones, tenemos también alegrías. Y aquí podríamos citar el aumento del clero diocesano, el protagonismo pastoral de los laicos, la entrega de nuestros sacerdotes, la implantación del diezmo y la comunión entre todas la iglesias y pastores de la Regional.

Violencia y desarrollo

En lo social las preocupaciones son muchas. Nuestro pueblo es pobre y, no sólo económicamente, también lo es en la atención a la salud, en educación, en empleo, en ciudadanía y en exigir sus derechos. Con mucha facilidad se acomoda y se deja llevar por los políticos que no siempre están preocupados con las necesidades del pueblo.

La violencia que viene creciendo de forma constante es otro motivo de preocupación. En las ciudades la violencia urbana tiene diversos rostros: robos, asaltos, asesinatos, “gangues” de jóvenes y adolescentes. En la zona rural la violencia en general viene motivada por la lucha por la posesión de la tierra y de la madera. El lucro se sobrepone al valor de la vida. En algunos de estos lugares la vida no tiene valor. Recuerdo aquí que, de los catorce obispos de la Regional, tres están amenazados de muerte y con ellos bastantes laicos, religiosos y sacerdotes. Todo eso por causa del Reino de Dios.

Amenazas de muerte

Otro foco de preocupación es la explotación sexual de los niños y adolescentes, la prostitución infantil y el tráfico de personas. La Iglesia Católica en la Regional, desde hace algunos años, viene ejerciendo su misión profética denunciando estas situaciones. Nuestro hermano Dom José Luis Azcona ha denunciado muchas veces estos crímenes en los municipios de Marajó.

La Iglesia Católica de la Regional también viene denunciando el modelo de desarrollo que el gobierno central y las grandes empresas nacionales e internacionales quieren implantar en la Amazonia, sin tener en cuenta al pueblo y sin respetar el medio ambiente. Se trata de un capitalismo extremamente salvaje que solo se interesa por el lucro. Tengo la impresión que desde Brasilia miran la Amazonia como un lugar donde existen muchas riquezas para explotar, pero no tienen ninguna preocupación por el desarrollo del pueblo amazonense.

Laicos y vocaciones

P.- En la diócesis de Cametá: ¿cómo ve el compromiso de los laicos en la evangelización?
R.- Sobre los laicos te puedo decir que son admirables en su entrega por el Evangelio. Tenemos alrededor de setecientas comunidades cristianas que son coordinadas por ellos, ya que los sacerdotes son relativamente pocos. Creo que el compromiso de los laicos se manifiesta especialmente en los consejos y asambleas en los que participan de forma activa y responsable.

P.- ¿Cómo está la situación vocacional?
R.- La prelatura, en este momento, tiene dos seminarios: el seminario menor, en la ciudad de Cametá, cuenta este año con ocho seminaristas, y el seminario mayor, en la ciudad de Belén, la capital del estado, donde hay catorce seminaristas mayores estudiando filosofía y teología. Como se puede ver por los números, Dios continúa llamando a jóvenes para servirlo en su Iglesia. También tenemos vocaciones para la vida consagrada. En la prelatura un equipo de animación vocacional se encarga de mantener encendida la llama de la promoción vocacional.

P.- Una última pregunta. Usted, como obispo misionero y agustino recoleto, ¿qué propone a los agustinos recoletos ante el próximo capítulo general?
R.- Me recuerdas la proximidad del Capítulo General de la Orden. Como obispo agustino recoleto deseo que el capitulo sea un momento de renovación para nuestras comunidades y avive en los religiosos una riqueza que siempre nos ha caracterizado: el espíritu misionero.

X