El pueblo de Honiton es famoso en todo el mundo por sus bordados. Hoy se han vuelto algo difíciles de conseguir; no obstante este año nos presentaron una imagen de santa Rita hecha con el típico bordado de Honiton, confeccionado por la persona que más sabe.
El celebrante principal de la misa de este año fue el abad de Buckfast, reverendo David Charlesworth. En su homilía habló de la perseverancia que santa Rita tuvo a lo largo de su vida, al igual que los apóstoles después de la Ascensión y Pentecostés, cuando nuestro Señor les envió al Espíritu Santo. En su sermón describió la perseverancia de santa Rita y su confianza en Dios, que ella mostraba en su hospitalidad.
Asistieron muchas personas a la celebración. Vinieron tres autobuses: dos de Bristol –en donde están incluídos un grupo de Sicilianos, un grupo de Stroud y un grupo de Burnham on Sea, y un autobús de Londres, con fieles de nuestra parroquia de Wembley Park, así como muchos amigos hispanos de la capellanía hispana de Vauxhall, sin olvidar a nuestros visitantes de North Yorkshire, South Wales, Bedfordshire, Plymouth y de otros muchos lugares, además de los fieles de nuestra parroquia de Honiton.
Fr Gerald Wilson O.A.R con el Abad de Buckfast Rt. Rev. David Charlesworth O.S.B. A pesar de que santa Rita murió hace ya más de 400 años, su devoción sigue aumentando cada día. Durante la novena recibimos muchas cartas de los devotos de la santa de todas partes del mundo, contándonos los beneficios y “milagros” en los que santa Rita ha intercedido ante Dios. En este momento en el que vivimos, con la incertidumbre ante la recuperación económica y la amenaza que existe sobre los trabajos y los hogares, santa Rita es la santa ideal para ofrecer esperanza a cualquiera que experimente dificultades en su vida. Ella fue esposa, madre y viuda antes de convertirse en monja agustina. Conoció el dolor de perder a su esposo, que fue asesinado, y en el espacio de un año perdió también a sus hijos por enfermedad. En su vida religiosa experimentó dolor y sufrimiento a causa de la espina que llevaba clavada en la frente, con la que permaneció hasta el momento de su muerte.