Los actos comenzaron el día 7 con una conferencia a cargo de don Antonio Cabeza, que rememoró la llegada de la Madre Mariana de San José a Palencia hace 400 años.
El día 8, fecha exacta del centenario, se celebró la solemne eucaristía. La presidió monseñor Esteban Escudero, nuevo pastor de la diócesis, rodeado de 36 concelebrantes, dos de ellos agustinos, doce agustinos recoletos –los priores provinciales Javier Jiménez y José Ramón Pérez y los padres Jesús Lanao, Jesús Diez, Germán Martínez, Javier Legarra, José Antonio Calvo, José Antonio Martínez Merino, Pablo Jiménez, Ángel Jubera, José María López y Simón Puertas– y veintidós sacerdotes del clero diocesano.
En el coro, guiando los cantos populares, que el pueblo acompañaba entusiasta, veintena y media de agustinas canonesas y recoletas. La misa, muy bien preparada en todos sus detalles, se desarrolló con brillantez y fervor.
Las monjas sacaron de su sacristía los mejores tesoros litúrgicos: casulla de oro, áureos vasos sagrados de uno de los fundadores, lámparas, campanilla, incienso, creando un ambiente de fiesta y alabanza a la gloria del Señor.
En la homilía el señor obispo manifestó su alegría al ser la primera ocasión de relacionarse con las monjas y subrayó el valor de la vida contemplativa por ser un triple signo: signo de los valores del mundo futuro, signo esponsal de la unión de Cristo con cada una de las almas y signo del valor de la intercesión de unos por otros. Finamente, agradeció al Señor la abundancia de monjes y monjas en la diócesis palentina.
Referencias a la madre Mariana
Hubo especiales referencias a la madre Mariana. Un cuadro con su imagen llamaba la atención cerca del ambón. En las ofrendas, además de las Constituciones de la Orden, se presentó el libro de su biografía más antigua, presentada por la madre federal y la priora de las canonesas. Y al final se cantó el himno a ella dedicada.
La madre Pilar Presa Ordóñez, priora de la comunidad, quiso expresar el agradecimiento, dijo, en cinco estrofas: al Señor, a todas la religiosas que han vivido en estos cuatro siglos en este convento, al obispo y a todos los sacerdotes y religiosos, a todos los asistentes y a quienes quisieron asistir y no pudieron, finalmente a todos los palentinos, que durante cuatro siglos han acogido, y a la comunidad.
Como broche de la celebración se leyó la bendición apostólica otorgada por Benedicto XVI para esta efeméride.
El día 12, fecha de la entrada oficial de la casa, se tuvo a lo largo de la jornada al Señor expuesto solemnemente en acto de adoración.
400 años de vida recoleta contemplativa en Palencia
El 7 de septiembre de 1610 un grupito de siete recoletas, guiadas por la madre Mariana de san José, se propuso afirmar la vida recoleta contemplativa en la ciudad palentina. Casi seis años antes, en diciembre de 1603, la madre Mariana había iniciado con un grupito de monjas ansiosas de mayor perfección, un estilo de vida que iba a contar con muchas seguidoras. Después había fundado los conventos de Medina del Campo y Valladolid. Ya a finales de 1606 se habían iniciado las largas y complicadas negociaciones para cumplir los deseos de don Pedro de Reinoso, el fundador.