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Sergio Sánchez: “Tenemos el deber de ofrecer a la fraternidad seglar un itinerario para caminar al estilo de san Agustín y la Recolección”

Pregunta.- La Fraternidad Seglar está formada actualmente por 4.151 miembros. ¿Cómo explica que tantos seglares se sientan llamados a vivir desde su condición de laicos la espiritualidad agustino recoleta y deseen compartir la misión de la Orden?
Respuesta.- He acompañado el nacimiento de dos fraternidades y uno de los motivos que los empuja a formar parte de la familia es la vida compartida con los religiosos desde hace tiempo. Por lo general los candidatos han sido y son “las fuerzas vivas” del ministerio por su compromiso en los distintos servicios que se prestan desde la comunidad religiosa. De hecho, incorporarse a la fraternidad seglar es una forma de oficializar su pertenencia vital a la familia. Un dato digno de tener en cuenta es la mayor perseverancia de cuantos ya compartían con nosotros la misión. Atendiendo a los números, más bien me parecen reducidos. Para el número de religiosos que somos y la cantidad de ministerios que atendemos me parece que las fraternidades seglares tendrían que ser más numerosas; una en cada ministerio y con tendencia al alza, con el pasar del tiempo.

P.- ¿Cómo se puede transmitir el carisma agustino recoleto a los seglares?
R.- Por contagio en la misión compartida. Tarde o temprano la gente que camina con nosotros nos pide razón de nuestro ser. Aunque las lecciones existenciales se dan en la vida diaria, sin discursos, es indispensable saber formular de manera sencilla los criterios básicos de nuestra identidad carismática; la vida común, la interioridad, el servicio a la Iglesia, etc. No basta con celebrar a nuestros santos de hace siglos, es indispensable traducir el mensaje del evangelio y la espiritualidad agustino-recoleta a las circunstancias de nuestro tiempo.

P. ¿Qué les piden los hermanos y hermanas seglares a las comunidades y a la Orden?
R.- Parto de una convicción: los laicos se incorporan a nuestra Orden para enriquecerla desde su peculiar condición de cristianos. Inmersos en contextos más expuestos que nosotros, nos ayudan a tener un horizonte más amplio de la misión evangelizadora de la Iglesia y, cuando se atreven a decirlo, evitan que nos ahoguemos en proyectos centrados en nosotros mismos.

¿Qué esperan? Lo dicen a su estilo, compartir más espacios de vida. Y no creo que sea codependencia o búsqueda de mayor protagonismo. Creo que ellos ven que hemos recibido mucho y esperan que lo compartamos. Cuando conocen la figura y magisterio de san Agustín esperan de nosotros pedagogos de interioridad; expertos en comunión, hombres que sabemos vibrar y sentir con la Iglesia.

Desde la misión compartida, ellos también quieren ser pies y manos, ojos y brazos, intercesores y agentes activos en el frente de la evangelización en los ministerios en los que han nacido y crecido. De alguna manera reclaman su mayoría de edad en el compromiso apostólico. Esperan que compartamos la misión de igual a igual, en complementariedad de carismas.



Con el consejo nacional de España y el vicario general.
Itinerario formativo para los hermanos

P.- Usted ha preparando un documento base para elaborar junto con los seglares un itinerario formativo para los hermanos y hermanas de la fraternidad. ¿Que aspectos destacaría del mismo?
R.- El documento es una síntesis de lo que los religiosos decimos que son las fraternidades seglares y de lo que no queremos que sean. Es un documento de reflexión que tiene muchos límites pero que no son pocos los religiosos y hermanos seglares que se reconocen en él. Estamos en el momento de recoger los ecos de las fraternidades locales para darle más concreción.

Destaco de él una convicción: ser miembro de la fraternidad es una vocación y, como tal, necesita ser presentada, discernida y acompañada. Los religiosos tenemos el deber de ofrecer a los hermanos y hermanas de la fraternidad seglar un itinerario y una pedagogía para caminar y peregrinar al estilo de san Agustín y la Recolección. Y quizás el compromiso de acompañarlas, por encima de gustos personales, sea aún más demandante.

Aunque el documento pretende elaborar un temario básico de formación, en el fondo también promovemos un talante de acompañamiento por parte de los religiosos, que seamos capaces de remover las fuentes de espiritualidad de las que nos hemos alimentado desde siempre y que lleguen a otros. Para compartir la vida y la misión.

P.- ¿Qué relación existe entre las JAR (Juventudes Agustinas Recoletas) y la Fraternidad seglar?
R.- Sé que no existen JAR en todos nuestros ministerios. En alguna provincia las JAR viven momentos de pujanza, en el resto de la Orden su existencia es muy reducida. Tomen mi comentario con la reserva de que no conozco suficientemente este campo.

Hace años fui responsable de la pastoral juvenil en México e iniciamos los grupos JAR, echando mano del material que los religiosos de España y Argentina habían elaborado y animados por su éxito con los jóvenes. A los pocos meses nos hicieron esta pregunta ¿y cuando ya no seamos jóvenes, qué sigue? La respuesta inmediata fue: ser parte de la fraternidad seglar.

Pasar de las JAR a las fraternidades seglares es complejo, por la diversidad de concepción y talante que imprimimos en unas y otras. Sí puedo decir que media docena de muchachos pertenecen a la fraternidad y se presentaban con orgullo diciendo: somos los miembros más jóvenes de las fraternidades seglares, con escasos veinte años.



Con la Fraternidad de México.
Expectativas ante el Capítulo General 

P.- ¿Qué esperan los miembros de la fraternidad del próximo capítulo general?
R.- Creo que es tiempo de que algunos miembros de la fraternidad participen en algunas sesiones, particularmente en la parte de información. Es bueno escucharlos. Sería un buen gesto invitar al presidente del Consejo Nacional y algún representante de otros países. Pero no sólo para convivir, que eso ya lo hacemos, sino para escuchar su forma de ver la vida.

Aunque en este momento hablo a título personal, puedo decir que los hermanos no se sienten sujetos prioritarios en nuestras reuniones. Esperan del capítulo general pronunciamientos más claros y contundentes, tanto en la forma de concebir y promover las fraternidades como la forma de acompañarlas.

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