Dos sacerdotes agustinos recoletos de origen chino, Juan Guo y José Yan, comenzaron a mover la pastoral con sus paisanos hace más de tres años. Al principio su intención era ayudarles con la celebración de la eucaristía y los sacramentos a vivir su fe de un modo real, pues hasta entonces acudían a sus respectivas parroquias y, como no entendían el idioma, les resultaba imposible. Después se dieron cuenta de que era necesario organizar cursos de español para que los más de 150 católicos chinos de Madrid pudieran ir abriéndose camino en la sociedad española. “Muchos de nuestros paisanos no tenían oportunidad y tiempo para estudiar el español”, explica Juan Guo.
“Como casi no hablan español, cuando van a hacer un papel o un documento, cuando van a ver al médico, etcétera, todo son dificultades, y nosotros queremos ayudarles en todo lo que necesitan. Esto es posible porque dedicamos nuestro tiempo”, asegura José Yan.
Ambos coinciden en que esta capellanía espontánea que ha surgido en torno a ellos es una ayuda o un servicio con dos caras: una más religiosa que les ayuda a celebrar su fe y vivir su vida cristiana y otra que consiste en colaborar y servir de apoyo en las dificultades sociales de los chinos.
La mayoría de ellos residen en Madrid, especialmente en el barrio de Usera, donde hay más cristianos chinos que en otros lugares. Pero sus servicios también se han extendido a otros católicos chinos residentes en lugares como Zaragoza o Toledo que no cuentan con capellanes en su propia lengua, y a los que por falta tiempo es muy complicado atender en su lugar de residencia, de ahí que se desplacen alguna vez al año hasta Madrid en ocasiones especiales.
La mayoría de ellos residen en Madrid, especialmente en el barrio de Usera, donde hay más cristianos chinos que en otros lugares. Agustinos Recoletos
La Orden de Agustinos Recoletos, con más de cuatro siglos de historia, está presente en China desde 1923 al frente de la diócesis de Shangqiu. En el país asiático trabajan en varias parroquias que prestan un servicio pastoral y religioso a los 20.000 católicos de la zona.
Cuatro agustinos recoletos y tres misioneras agustinas recoletas componen el equipo de trabajo que atiende en Madrid a la comunidad católica china.
Juan Guo es el primer sacerdote agustino recoleto procedente de la misión de Shangqui. Vino a España en 2004 y trabaja en la parroquia de Santa Rita de Madrid. Estudió Teología en España y se ordenó en China. Colabora en la capellanía dando catequesis, confesando y celebrando la eucaristía en chino.
Juan Guo y José Yan tienen muy claras las necesidades de la comunidad de compatriotas a la que atienden: “Necesitamos la ayuda económica y material para el trabajo pastoral y la convivencia religiosa e intercultural entre chinos y españoles”. De hecho, si no se cuenta el apoyo de la orden religiosa a la que pertenecen, esta capellanía no recibe ninguna otra ayuda por parte de la diócesis o de otras instituciones relacionadas con el clero nativo, las misiones o los inmigrantes. Nada de nada, lo que dificulta organizar los encuentros y las convivencias entre ellos.
José Yan es tajante en este punto: “Las necesidades sociales más importantes para la vida cotidiana: unos no tienen trabajo, otros están enfermos y no tienen dinero para ver al médico, tampoco tienen la comida para el día. Necesitan ayuda porque no saben el proceso de preparar los papeles, de sacar la tarjeta de residencia, u otro tipo de papeles”.
Los responsables de la capellanía son conscientes de la dificultad que entraña encontrar voluntarios en Madrid que sepan hablar chino. Pero para ellos es muy urgente contar con voluntarios que colaboren en los servicios que prestan, especialmente en la tarea social. “Por ejemplo, para traducir y preparar los papeles, para acompañarles a al médico, etc.”, añade Guo. “No tenemos personas que puedan escuchar y acompañar sus necesidades, sus dificultades en el trabajo. o cuando necesitan compartir y hablar con una persona el anhelo espiritual” trata de aclarar Yan. “Para mí, este punto es muy importante, la necesidad espiritual”.
Entre las necesidades religiosas más importantes detectadas por los sacerdotes chinos se cuenta la falta de material. No tienen libros en chino sobre catequesis, estudio bíblico o lectura espiritual. Otra dificultad con la que se encuentran es la falta de tiempo para atender a todos los católicos chinos como a ellos les gustaría. La gran variedad de ocupaciones laborales y los horarios excesivos en sus respectivos trabajos, dificultan que se puedan encontrar en las celebraciones, en las clases de español o en las catequesis. De los 150 cristianos chinos que tienen localizados en la capital, cada domingo acuden entre 20 y 40 a la misa en la cripta de la parroquia Santa Rita.
No tienen los libros en chino sobre catequesis, estudio bíblico o lectura espiritual. Iglesia China
En China hay entre ocho y doce millones de católicos. La iglesia vive una situación muy compleja debido al desencuentro entre el gobierno chino y el Vaticano. En el gigante asiático conviven, de este modo, dos sectores de la iglesia católica. Una semi clandestina, no autorizada por el gobierno, fiel a Roma, y otra oficial, controlada por las autoridades de Pekín a través de la Asociación Católica Patriótica desde 1957. La libertad religiosa sigue siendo una de las asignaturas pendientes del gobierno chino. Aunque se han dado algunos gestos que invitan a la esperanza, siguen las dificultades. El Papa Benedicto XVI ha pedido a los católicos de todo el mundo que recen por la Iglesia en China.